Retrata, a través de cinco generaciones, la vida cotidiana y las costumbres ancestrales de una familia gitana del conurbano bonaerense. Los Campos abren las puertas de su hogar y con ellas también las de una tradición milenaria, obligada hoy a acoplarse al mundo contemporáneo. Una cosa está clara: ser gitano no es fácil, o como dice uno de los protagonistas, “es más fácil decirlo, que serlo” . Atravesado por cantos, guitarras, palmas y cajones flamencos, la película es un elegante documental de observación.