Está bien pero no termina de convencer.
Verónika decide morir es una adaptación de la novela best seller de Paulo Coehlo. Es una muy buena historia que me dejó la sensación que no le explotaron a full el potencial que tenía.
Cohelo en este caso ofrece una interesante reflexión sobre qué es lo “normal” y la locura en la sociedad que vivimos.
Desde su temática creo que la adaptación del libro estuvo mejor trabajada en la versión japonesa del 2005 que protagonizó la actriz coreana Lee Wan.
La versión norteamericana tiene sus puntos más flojos en el guión. De entrada se plantea la situación del suicidio y luego acompañamos a la protagonista en el hospital, pero nunca llegamos realmente a conocerla del todo.
Sufre el efecto Crepúsculo de ir a los pedos, donde los conflictos se desarrollan demasiado rápido. Al ser la historia tan intensa es como que ese enfoque termina por afectar al film, sobre todo en lo que se refiere al desarrollo de los personajes.
El director japonés Kei Horie me parece que trabajó mucho mejor este tema al igual que la relación entre Veronika y su doctor, que acá quedó relegada a un aspecto más secundario
De todas maneras el mensaje de la historia, más allá de estas falencias quedó dentro de todo plasmado.
Lo mejor es por lejos el trabajo de los actores, especialmente el de Sarah Michelle Gellar, quien brinda una de las mejores interpretaciones que tiene su filmografía. Acá demuestra que está para mucho más que las películas de terror y Scooby Doo.
Es una actriz subestimada que con un buen material tiene mucho para dar.
Lo mismo podemos decir de David Thewlis (el mago Lupin de Harry Potter) y Erica Christensen, quienes sobresalen en roles secundarios.
No es para nada una mala película, pero me quedo con la versión japonesa.