Vísceras y barullo, en una pobre antología de terror
A menos de un año de la primera entrega (que aquí se estrenó en febrero de 2013), aparece un nuevo pack de cortos de terror dominado por material encontrado, mucho gore (sangre, vísceras, tripas), punto de vista de cámaras diegéticas (en muchos casos, manejadas por los personajes), temblor -por momentos insoportable- en la imagen y en el montaje, con una historia marco diluida y poco relevante. Más allá de ese marco intermitente, hay otros cuatro segmentos, que en promedio son menos satisfactorios que los de la primera entrega, en parte por la repetición del esquema, pero sobre todo por la falta de elaboración de todos menos uno, "Safe Haven", el más largo, que consume más de media hora de película y es el que tiene mayor perversidad y un crescendo más lógico, menos basado en el golpe de efecto: esta historia sobre una secta -la asiática del grupo, de Indonesia- presenta variantes, una mirada menos frontal sobre el terror (aún sin renegar de la estética impuesta por estas entregas) y va más allá, y de hecho es la que se siente que podría haber durado incluso más. Sus personajes, al menos, no se definen apenas aparecen en la pantalla.
Muchas veces, en grandes películas de género, los personajes son de una claridad bestial, pero aquí, en las tres historias restantes ("Phase I Clinical Trials", "A Ride in the Park", "Slumber Party Alien Abduction") son demasiado planos, y además forman parte de ejercicios hechos con poca enjundia: no avanzan ni los personajes ni las peripecias. En "Phase I Clinical Trials", por fuera del ojo robótico del protagonista y la belleza de la chica no hay más que sustos de outlet con fantasmas, a puro efecto sonoro. En la de los zombies en el bosque, "A Ride in the Park", no hay mucho más que eso: es la menos molesta en términos de temblor visual (uno de los directores es uno de los de The Blair Witch Project ), pero es algo así como "una práctica de estudiante con prestancia de experto". Nada más que un poco de zombies, y a estas alturas eso es escuálido. El último corto, el de los alien , es un mero barullo, una tontería importante, un cierre que es un desmoronamiento.