Hay algo interesante en esta serie: el uso de la tecnología y la coartada del “video enconrado” permite a los realizadores jugar con los puros efectos terroríficos y preguntarse, de modo divertido y siniestro, cómo funcionan, por qué, qué nos asusta. Aquí como en la primera hay de todo y la historia es lo de menos. Una oscurísima -y también más que dignamente dirigida- manera de acercarse a la sustancia de las pesadillas. Se va a asustar y eso aquí es un acierto.