Sangre encontrada
En vez de “material encontrado” (o found footage ) Las crónicas del miedo 2 podría crear una nueva rama de este bastardeado género: “sangre encontrada”. A diferencia de su también floja antecesora (con más suspenso y shock), esta secuela es puro fluido rojo.
La historia que engloba todo (Tape 49) es de una pareja que ingresa a una sórdida vivienda donde encuentran cassettes con cintas de VCR por doquier y televisores. Y nuevamente se ponen a verlas.
La primera cinta es Clinical trails, un hombre al que le hacen un implante ocular de última generación y ve fantasmas. Sólo una mínima vuelta de tuerca a la efectiva película oriental El ojo.
El segundo VHS parece un tributo a lo más explícito del cine de Lucio Fulci, George Romero o el costado más bizarro de Peter Jackson. Sin ningún sentido del suspenso, en The Rider Park sus directores deben haber conseguido tripas al costo y maquillaje por doquier: una matanza zombie en la que sólo se rescata la crudeza de los primerísimos planos de las entrañas de las víctimas y el gruñido del muerto vivo. Con poca gracia y guión nulo, este fragmento da más para la risa que el espanto.
La mejor de todas las historias es sin dudas Safe Heaven: un grupo de jóvenes se interna en el lúgubre mundo de una secta oriental para entrevistarlos. Las misteriosas proyecciones de las cámaras de seguridad del establecimiento escolar es lo más alto del filme. Con el mayor índice de suicidios y ejecuciones explícitas por metro cuadrado, el carácter snuff de este corto deja pensando no meter las narices donde no se debe.
El colmo del frenesí del movimiento de cámaras y una ensordecedora banda de sonido llega con Alien Abduction Slumber Party con un grupo de extraterrestres que buscan (por agua y tierra) secuestrar a unos jóvenes dentro de un bosque. El chocante cambio de luces ante cada aparición del otro mundo (se impone el color rojo y azul) junto a un denso humo ambiental parece extraído de una detonante fiesta electrónica.
Entrar a una habitación con amigos, mientras tu hermana hace el amor, es el calibre del chiste que busca este filme. Básico, como sus historias de ¿miedo?