Ya lo anticipa el título, muy bien puesto. Fernando "Pino" Solanas hace acá una recorrida por siete provincias, desde el nordeste salteño hacia abajo, registrando los efectos del desmonte y del glisofato, la pérdida de la biodiversidad, y en consecuencia (una de las consecuencias) la pérdida de los pájaros. Y el negocio de las semillas, el éxodo de la clase media rural, las deformaciones y hasta muertes por envenenamiento, y otros males contemporáneos. En el viaje, Solanas va visitando a ingenieros del Inta, jefes wichis, dirigentes agrarios, maestras rurales, bioquímicos, personalidades como Jorge Rulli, que inició la lucha contra los transgénicos; Silvana Buján, periodista especializada en temas ambientales; la hermana Martha Pelloni, al frente de un viejo reclamo judicial que siempre se posterga; los doctores M. Avila Vázquez, pediatra, Damián Verzeñassi, que expuso como testigo ante el Tribunal Internacional Monsanto, y H. Fares Taie, que con un análisis de sangre nos alerta contra las ensaladas, tan inocentes que parecen.
La exposición contra los agrotóxicos es amplia y clara. Pero hay algo más. Esto no se queda en la mera denuncia. El último tercio de la obra ya no viaja por pueblos fumigados, sino por chacras ecológicas, plantaciones alternativas que ofrecen productos de alta calidad sin contaminación alguna, y gente sana y contenta, que practica el desarrollo sustentable. Como en su notable "Argentina latente", Pino Solanas propone también una esperanza, y unos cuantos ejemplos de buenos argentinos.