El crecimiento de la industria automotriz en la última década marcó el paso de la producción y se aproximó a la fabricación del millón de vehículos por año. El desarrollo de este sector en el país contrastó con el retroceso en los centros mundiales, que tuvo su pico cuando estalló la crisis capitalista en 2008, lo que derivó en millonarios salvatajes de gobiernos como el de Obama para las empresas líderes. Aun así, emblemas norteamericanos como Chrysler terminaron en manos de Fiat, que a su vez, dejó de tener como centro de operaciones a Italia.