Una película española que plantea un interesante interrogante: ¿qué pasa cuando una madre y una hija que mantienen un relación simbiótica propone una pausa?. Viaje al cuarto de una madre retrata la vida cotidiana de dos mujeres que deben cambiar sus rutinas para sobrevivir.
Leonor -Anna Castillo- quiere estudiar turismo y probar suerte en Londres pero no se anima a decírselo a Estrella -Lola Dueñas-, su madre, una costurera que ocupa su tiempo viendo series y durmiendo. El relato propone un viaje interior a las personalidades de dos mujeres cuyo mundo parece derrumbarse.
El paso del tiempo queda plasmado en una película que pone el acento en los vínculos familiares y transcurre casi en su totalidad en interiores para potenciar la idea de agobio que pesa sobre los personajes.
En ese sentido, el guión y la dirección de Celia Rico Clavellino da las puntadas correctas para retratar de manera íntima los mundos de dos almas que necesitan un cambio. Esa ruptura aparece cuando Estrella recibe la propuesta de realizar vestuario para un concurso de baile, lo que le abre -a priori- su panorama laboral y sentimental, mientras que Leonor planifica la vuelta a su hogar para el cumpleaños. Nunca habían estado separadas y la muerte del marido de Estrella no hizo más que profundizar su peso sobre Leonor, quien está en busca de libertad.
De tono monocorde pero no por eso menos interesante, el filme tiene el atractivo de dos grandes actrices y el resto pasa a un segundo plano.