Control de calidad
La extraordinaria Margherita Buy es el principal argumento que tiene este film dirigido por la hija del gran Ugo Tognazzi.
En oportunidad de la reciente Semana del Cine Italiano vi varias películas que abordan el tema de las mujeres maduras y en soledad. Irene, la protagonista de Viajo sola -Margherita Buy, quizás hoy la mejor actriz de ese país- pasa muy poco tiempo en su casa: trabaja como “el pasajero misterioso”, aquel que llega a los hoteles de cinco estrellas o de súper lujo como una huésped más, pero que en verdad está allí para hacer una auditoría secreta. Durante unos pocos días observa cómo el hotel responde -o no- a un protocolo de normas férreas: servicio de bienvenida, presentación de la habitación, atención al pasajero en todos los ámbitos, higiene, olores, sentido del confort y hasta la temperatura de la comida. Un trabajo que la lleva a viajar por todo el mundo y podría parecer glamoroso, pero que en realidad encubre una profunda soledad.
La directora Maria Sole Tognazzi -hija de Ugo- logra lo mejor de su film gracias a la actuación de Buy, siempre en cámara y totalmente convincente. Es una pena que la historia evite ir más allá en los otros frentes de la protagonista, que se presentan cuando vuelve a su hogar: su amistad -o algo más- con su ex pareja (Stefano Accorsi), la relación con su hermana, la aceptación de las características de sus viajes, donde los encuentros siempre se frustran, la vicariedad de esa vida. En suma, un debate entre libertad e independencia vs. soledad.
Irene tiene un encuentro que parece tan revelador como iniciático con una sexóloga inglesa (la estupenda Lesley Manville, actriz de Mike Leigh y de la serie River), que la lleva a replantear su vida. Puesta a examinar su propio protocolo, esos temas de su existencia emergen a la superficie, pero allí quedan, sin progresión ni giro evolutivo, en un rechazo a profundizar un tema muy actual de la mujer contemporánea. Tangencialmente, se presentan otras mujeres con problemas, sin que la historia se comprometa tampoco con ellas. Eso sí: asistimos a un despliegue fotográfico de espectaculares hoteles y locaciones alrededor del mundo, en un auténtico viaje cinco estrellas.