Irene Lorenzi (interpretada por Margherita Buy) es una mujer de unos cuarenta años, profesional y soltera. Su vida transcurre en dos planos: por un lado, su familia compuesta por una hermana casada con dos hijas y una antigua ex pareja, por otro lado, el trabajo. Evaluadora de calidad y atención al cliente como mystery shopper, se aloja en hoteles cinco estrellas haciéndose pasar por turista para examinar todo minuciosamente, utiliza todos los servicios posibles: verifica la limpieza, controla la temperatura de la comida, el tiempo que tardan en traer un pedido y duerme en sabanas de seda. Luego, entrega un informe en dónde refleja si ese hotel se encuentra a la altura de su categoría.
La soledad, que indica el título, se pone en evidencia cuándo su jefe la contacta para hacer un viaje de último momento poniendo de excusa que la persona elegida se encuentra de licencia por maternidad. Al principio se resiste, pero acepta porque sabe que es la única que no tiene a nadie que la espere en casa.
La directora y escritora de este filme Maria Sole Tognazzi, nos invita a acompañar a esta “espía” a través de una variada cantidad de ciudades. En un viaje en taxi del aeropuerto al hotel conocemos, junto a ella, los lugares en dónde se encuentra. La película nos sitúa muy bien en tiempo y espacio, nos instruye del trabajo que realiza Irene y la relación que tiene con su familia. Sin embargo, nunca salimos de la recurrencia de los viajes, los hoteles, el informe, el contacto esporádico con los allegados. Durante un largo tiempo estamos dentro de ese círculo esperando que suceda algo que rompa el equilibrio del relato, lo cual ocurre de manera tibia y ligera inquietando a la protagonista a replantearse el estilo de vida que lleva.
Este filme pone al descubierto la rutina de las mujeres que priorizan el éxito profesional y el destaque en un mundo altamente competitivo en el cuál vivimos. Viaggio sola es un contraste entre una vida de éxito y lujo, contra un entorno enfocado en la familia, el matrimonio, un hogar constituido. Y esto se refleja en la contrafigura que es su propia hermana.
Por Mariana Ruiz
@mariana_fruiz