“Vicenta” Crítica. La política sobre el cuerpo
El documental obtuvo el Premio Internacional de la Crítica (FIPRESCI) en el Festival Internacional de Cine Dock Leipzig, Alemania, 2020.
Juan Paez Hace 2 semanas 0 97
El film, dirigido por Darío Doria, es un drama presentado en animación con plastilina. Narra la historia de Vicenta, una madre trabajadora de clase humilde quien, junto a sus dos hijas, atravesará por la difícil tarea judicial de interrumpir el embarazo de Laura, la menor de ellas, producto de una violación. La situación resulta compleja porque la hija es menor de edad y tiene un retraso madurativo. Esto la llevará a atravesar una dura batalla legal contra el Estado, presente a través de numerosos rostros y cargos.
Desde un comienzo se plantean interrogantes tales como: ¿Cuánto tiempo dura un día? ¿Cuántas cosas se pueden pensar en el segundo que todo cambia? ¿Cuántas decisiones se pueden tomar en el segundo en que todo cambia? ¿Cómo se hace para que esto no vuelva a sucederles a otras mujeres? ¿Cuántos permisos hay que tener para poder decidir sobre el propio cuerpo? La voz narradora, que pertenece a Liliana Herrero, articula esas preguntas, y se dirige constantemente a Vicenta, la interpela a la vez que la construye y sostiene.
Como toda voz en Off carece de cuerpo, pero su presencia resulta fundamental, sobre todo, cuando lo que está en juego es el derecho de decidir sobre qué hacer con el propio organismo. Esa voz es singular pero también polifónica y articulatoria, pues es la encargada de enhebrar la multiplicidad de perspectivas que giran en torno al tema del aborto. Ordena los puntos de vista y simultáneamente encadena los sucesos para mostrar cómo la justicia va a destiempo de la urgencia de los y las ciudadanas.
Como se advierte en una de las escenas: las palabras pasan del aire a la computadora y de esta al papel. Ese movimiento parece mimar el derrotero de los cuerpos ya que la madre y sus hijas pasan de la casa al hospital y de este a los pasillos judiciales. Entonces el cuerpo es también el de las palabras. Además, están las voces de los medios de comunicación que replican, suman y amplían las miradas sobre el único cuerpo, el de Laura.
No obstante, ese cuerpo que por momentos pareciera desmembrarse, encuentra una genealogía que lo mantiene unido, el cuerpo de las otras mujeres. Esa genealogía de mujeres que la anteceden y la precederán articula una red invisible que evoca la fuerza como elemento principal y estructurante. Así, Vicenta y sus hijas descubren en ellas, y en sí mismas, su fortaleza y valentía. Por eso, por ejemplo, la madre inicia sus estudios para apropiarse de las palabras y valerse de ellas instrumento de defensa.
La obra del director Darío Doria rinde un homenaje a Vicenta, a Laura y a las mujeres que defienden la igualdad, revelando la necesidad de establecer leyes que les permitan a las mujeres decidir sobre su propio cuerpo. Asimismo, visibiliza el rol que le concierne al Estado en materia de salud pública y su papel en el cumplimiento de leyes, sin que las diferencias sociales, culturales y económicas sean un factor pertinente. En suma, el cuerpo fílmico permite volver al pasado para trazar líneas de apertura e igualdad hacia el futuro como sociedad.