” La luna representa mi corazón” Llega a las salas el próximo jueves el documental de Juan Martín Hsu que incluye episodios de ficción. Luego de la presentación en la edición 36° del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se podrá ver en pantalla grande la última película del realizador taiwanés radicado en la Argentina. La luna representa mi corazón (2021) de Juan Martín Hsu cuenta la historia de Martin y Marcelo, dos hermanos argentinos de origen taiwanés que viajan a Taipei para filmar el reencuentro con su madre luego de casi diez años sin verse. El film se estructura a partir de dos encuentros: el primero realizado en 2012 y el segundo siete años después, en 2019. Ambas visitas les permiten reconstruir los acontecimientos vividos en Argentina antes de que su madre decidiera regresar a su tierra natal tras el asesinato de su esposo en manos de la mafia china. La película plantea diversos tópicos que van desde el desarraigo como causante del desmembramiento familiar hasta las reflexiones lingüísticas. Aquí, los recuerdos se reparten hacia ambos extremos del océano. En este largometraje, el pasado constituye la materia prima ya que articula los desplazamientos geográficos y lingüísticos que emprenden tanto los padres como los hijos. Los hermanos viajan para desandar una memoria individual y colectiva. Para ello recurren a los testimonios como fuentes que echan luz sobre los momentos previos a las partidas. En este sentido, la voz de la madre resulta imprescindible. Ella relata, a lo largo de la obra, los diferentes momentos que atravesó en la Argentina, brindando detalles sobre, por ejemplo, cuál fue su papel en el ámbito laboral y las pérdidas que sufrió por ser una inmigrante que retornó a su lugar de origen: “Si tu papá no hubiese ido a Argentina y hubiese muerto en Taiwán, y nos hubiésemos casado acá, ahora podría cobrar mucho dinero ¿Sabés?” Lo vivido la lleva a adoptar una posición pesimista en relación a lo acontecido en el país sudamericano. Como se dijo, en este film la lengua cumple un rol fundamental no solo porque está asociada a la construcción de la identidad, sino también porque opera en el plano de la traducción. De hecho, el bilingüismo de los protagonistas se hace visible en varias escenas, tanto en los diálogos como en las interferencias que se producen al buscar equivalencias en términos de traducción entre ambos idiomas. En el caso de la madre, solo aprendió el castellano cuando logró montar su propio negocio. Antes no podía acceder a él, puesto que su esposo no lo consideraba importante. Para evitar que aprenda castellano, la rodeó de empleados chinos y así evitó que ella pudiera adquirir una lengua adoptiva. En este sentido, tal como lo cuenta ella misma, el aprendizaje vino de la mano de la independencia laboral.
“Vicenta” Crítica. La política sobre el cuerpo El documental obtuvo el Premio Internacional de la Crítica (FIPRESCI) en el Festival Internacional de Cine Dock Leipzig, Alemania, 2020. Juan Paez Hace 2 semanas 0 97 El film, dirigido por Darío Doria, es un drama presentado en animación con plastilina. Narra la historia de Vicenta, una madre trabajadora de clase humilde quien, junto a sus dos hijas, atravesará por la difícil tarea judicial de interrumpir el embarazo de Laura, la menor de ellas, producto de una violación. La situación resulta compleja porque la hija es menor de edad y tiene un retraso madurativo. Esto la llevará a atravesar una dura batalla legal contra el Estado, presente a través de numerosos rostros y cargos. Desde un comienzo se plantean interrogantes tales como: ¿Cuánto tiempo dura un día? ¿Cuántas cosas se pueden pensar en el segundo que todo cambia? ¿Cuántas decisiones se pueden tomar en el segundo en que todo cambia? ¿Cómo se hace para que esto no vuelva a sucederles a otras mujeres? ¿Cuántos permisos hay que tener para poder decidir sobre el propio cuerpo? La voz narradora, que pertenece a Liliana Herrero, articula esas preguntas, y se dirige constantemente a Vicenta, la interpela a la vez que la construye y sostiene. Como toda voz en Off carece de cuerpo, pero su presencia resulta fundamental, sobre todo, cuando lo que está en juego es el derecho de decidir sobre qué hacer con el propio organismo. Esa voz es singular pero también polifónica y articulatoria, pues es la encargada de enhebrar la multiplicidad de perspectivas que giran en torno al tema del aborto. Ordena los puntos de vista y simultáneamente encadena los sucesos para mostrar cómo la justicia va a destiempo de la urgencia de los y las ciudadanas. Como se advierte en una de las escenas: las palabras pasan del aire a la computadora y de esta al papel. Ese movimiento parece mimar el derrotero de los cuerpos ya que la madre y sus hijas pasan de la casa al hospital y de este a los pasillos judiciales. Entonces el cuerpo es también el de las palabras. Además, están las voces de los medios de comunicación que replican, suman y amplían las miradas sobre el único cuerpo, el de Laura. No obstante, ese cuerpo que por momentos pareciera desmembrarse, encuentra una genealogía que lo mantiene unido, el cuerpo de las otras mujeres. Esa genealogía de mujeres que la anteceden y la precederán articula una red invisible que evoca la fuerza como elemento principal y estructurante. Así, Vicenta y sus hijas descubren en ellas, y en sí mismas, su fortaleza y valentía. Por eso, por ejemplo, la madre inicia sus estudios para apropiarse de las palabras y valerse de ellas instrumento de defensa. La obra del director Darío Doria rinde un homenaje a Vicenta, a Laura y a las mujeres que defienden la igualdad, revelando la necesidad de establecer leyes que les permitan a las mujeres decidir sobre su propio cuerpo. Asimismo, visibiliza el rol que le concierne al Estado en materia de salud pública y su papel en el cumplimiento de leyes, sin que las diferencias sociales, culturales y económicas sean un factor pertinente. En suma, el cuerpo fílmico permite volver al pasado para trazar líneas de apertura e igualdad hacia el futuro como sociedad.
Errar es humano. Crítica al film “La muerte de un perro” La película de Matías Ganz integró la selección del Festival Slamdance celebrado en enero en Utahse. Juan Paez La muerte de un perro (2019) es una coproducción de Uruguay, Francia y Argentina, dirigida por Matías Ganz que narra la historia de Mario (Guillermo Arengo) y su esposa Silvia (Pelusa Vidal). Ambos llevan una vida bastante tranquila y apacible, sin embargo, un hecho imprevisto desencadena toda una serie de sucesos que tensionan la trama y plantean un final inesperado. La película comienza con imágenes de perros corriendo libres y jugando en un parque. Estas escenas se complementan con melodías de música clásica que ayudan a construir una atmósfera de ensueño. Pero inmediatamente ocurre lo peor: en una intervención, el perro que Mario opera, muere. Luego de las formalidades, que incluye el aviso a la dueña y la firma de su autorización para un crematorio opcional, el veterinario se dirige a las afueras de la ciudad para cumplir con el rito. Al entregar las cenizas a la dueña, se sorprende de la rapidez con que lo hizo e instaura dudas sobre su procedimiento. La negligencia de Mario, su mal desempeño como profesional, desaparece con el cuerpo del animal vuelto cenizas. No obstante, su accionar queda expuesto y comienza a sufrir escraches tanto en la vía pública (su lugar de trabajo) como en las redes sociales donde los usuarios comparten la noticia y sus opiniones al respecto. Así, la muerte de un perro en su veterinaria pasa de la esfera pública al ámbito privado y familiar. Su esposa, hija y yerno se enteran del suceso y lo apoyan para tomar acciones legales contra los supuestos difamadores. Este primer acontecimiento desencadena otro más tremendo, el protagonizado por Silvia, la esposa del veterinario, quien aparece en escena buscando vuelos a Europa y el Caribe. Ensimismada en su mundo de clase media burguesa, pasa los días espiando a la empleada pues piensa que esta le está robando. En un principio son puras invenciones ya que no cuenta con prueba materiales, sin embargo, el robo que sufren en su casa potencia esas sospechas convirtiéndolas en una verdad. Esa paranoia la conduce a cometer sus propios errores. Luego del robo, Silvia advierte que no solo se llevaron el televisor sino también los bombones. En esta cinta, tanto las redes sociales como los medios de comunicación forman parte de la trama. De hecho, en varias escenas se escuchan noticias sobre actualidad, fútbol y futbolistas, instaurando un clima de cotidianeidad que contrasta con los acontecimientos mortuorios que se producen. Ese contraste también se percibe en el aspecto de los personajes, es como si esos “errores” humanos se les metieran en el cuerpo. Porque Mario y Silvia pasan de estar arreglados a estar en pijamas y desalineados. En suma, La muerte del perro (2019) es una pieza que mezcla los mejores componentes del thriller y de la comedia. Una película que pone en diálogo los aspectos privados y públicos de un matrimonio que comente sus errores y, al buscar subsanarlos, cometen otros más graves. Las decisiones mal tomadas entretejen al espectador, lo convierten en cómplice y, a su vez, logran sorprenderlo. Actuación - 90%
El poder, la contracara de la esperanza. Crítica a “Planta permanente” La película de Ezequiel Radusky fue premiada en el Festival de Cine de Mar del Plata. Planta permanente (2019) es el primer largometraje del director tucumano Ezequiel Rudasky. Narra la historia de Lila (Liliana Juárez) y Marcela (Rosario Bléfari), dos amigas y compañeras de trabajo que se desempeñan como personal de limpieza en un edifico estatal. Sus vidas transcurren sin demasiados sobresaltos hasta que se produce un cambio en la gestión. La llegada de una nueva directora (Verónica Perrotta) altera el orden y esto modifica sus vínculos laborales y personales. Pasillos vacíos con pisos de mármol, vestíbulos al amanecer, la cúpula de un inmueble y el taller de un carpintero, constituyen los diferentes escenarios en los que transcurren los sucesos. No obstante, en el conflicto principal, cobra relevancia un comedor que, en un principio, funciona en un improvisado recoveco del edificio de Obras públicas. Montado sobre un montón de objetos inservibles, el comedor se transforma en un botín preciado que enfrenta a Lila con Marcela, librando entre ellas una batalla con un final imprevisto. El tema del poder atraviesa y da forma al relato. La amistad que comparten ambas mujeres no siempre es la misma, sino que muta, se convierte y se resignifica; cambia en la medida en que ellas lo hacen. Esta transformación se advierte en los gestos mínimos que van trazando la personalidad de cada una de ellas. Las protagonistas pertenecen a la planta permanente de esta dependencia estatal. Pero con el cambio de dirección, se produce una ola masiva de despidos: en algunos casos, de personas cuyos contratos son temporarios; en otros, de personas con años de prestaciones. La nueva directora decide quién se va y quién se queda. En este film, el poder se construye como la contracara del discurso de la esperanza. El discurso que pronuncia la directora al asumir su cargo, se desarma en propuestas que nunca llegan a cumplirse. Es un discurso construido con todo lo que un buen discurso político debe tener: un buen manejo del tono de voz y promesas que suenan a eternas. No obstante, aquello que dice que no hará, lo hace: los despidos de vuelven una realidad y cambia la dinámica del funcionamiento del edificio. Los vestigios de ese discurso inicial reflotan fragmentados, desperdigados, en reiteradas ocasiones a lo largo de la película.
Luego de su paso por el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, “Venezia”, la película de Rodrigo Guerrero, se presenta en el Cine Gaumont para todo público. Un emotivo drama sobre la tristeza y conmoción de Sofía tras el reciente fallecimiento de su esposo en su luna de miel. El sufrimiento y el duelo se agigantarán al estar sola y en tierras desconocidas. Venecia, un pintoresco lugar turístico y romántico para los recién casados será todo lo contrario para Sofía. La Reina del Adriático se convertirá en un lugar abatido, gris y melancólico. La protagonista no podrá pasear por los bellos canales, ni visitar algún museo o iglesia. Se le hará imposible esbozar una sonrisa en una foto para el recuerdo y tampoco logrará dormir tranquila. Se siente perdida y lejos de casa. La cámara siempre la acompaña en su dolor. Recorre junto a ella pasillos y caminos venecianos en ese intento de entender lo que está sucediendo. Poder aceptar y procesar que de un momento a otro su compañero de vida falleció. Su marido dejó de existir. Desgarrador tanto para la protagonista como para el espectador que se mimetiza colmadamente con el film. El infarto repentino de Carlos y el traslado del cuerpo producen que los días de Sofía sean eternos y cada vez más desanimados. Diversos italianos y turistas distraerán un rato e intentarán ayudar, pero la tragedia se hará presente y la herida seguirá lastimando. Otro de los tantos golpes que traspasará la pantalla grande y afectará a quien acompañe a la infortunada viuda en su duelo.
Relatos en primera persona. Crítica a “Nueva Mente”, de Ulises de la Orden ADELANTOS, DOCUMENTALES, ESTRENOS Nueva Mente (2019) es el último trabajo del cineasta Ulises de la Orden. Se trata de un documental que gira en torno a la problemática de los residuos urbanos. Esta temática, sin embargo, permite trazar una interesante cartografía social. Por Juan Páez ¿Qué debemos hacer con la basura? ¿Cuáles son las políticas que se aplican para su tratamiento? ¿Qué intereses subyacen en las decisiones que se toman al respecto? En este trabajo, el cineasta ubica la situación de la basura en el centro de la discusión, planteando un recorrido por tema tales como la salud pública, la conciencia ambiental, las responsabilidades sociales, las políticas gubernamentales, entre otros. Las primeras escenas muestran cómo toneladas de desechos caen de las máquinas a la cinta, transformando, desde un principio, a la basura en el eje central de la propuesta. Estas imágenes se suceden, entre fotos y fragmentos visuales en blanco y negro, mientras escuchamos los comentarios de numerosos periodistas, quienes se refieren acerca de esta problemática que aqueja a la provincia de Buenos Aires desde tiempos remotos. En Nueva Mente (2019), Ulises de la Orden pone en diálogo diferentes relatos en primera persona de quienes integran la Cooperativa Bella Flor, una organización de trabajadores que desarrollan sus labores en el CEAMSE. Estos testimonios articulan una retrospectiva acerca de cómo es que surge, crece y se consolida esta iniciativa laboral. Además, los detalles que se brindan, permiten que el espectador reviva diferentes periodos históricos y conozca el grado de implicancia que estos tuvieron en la conformación de la asociación. Asimismo, la película revela una fuerte impronta social al visibilizar cómo impacta la Cooperativa en términos de inclusión social, puesto que en ella trabajan no solo sujetos que provienen de los sectores más carenciados sino también personas que buscan reinsertarse en la sociedad. En este sentido, el reciclaje no es solo material sino también humano. Las mejoras en la calidad de vida y el acceso a bienes culturales transforman la situación adversa de los protagonistas en una nueva oportunidad de acceder a una vida digna. En suma, el documental constituye un aporte significativo en términos de conciencia social, planteando una realidad que, por lo general, desconocemos. Los relatos en primera persona logran cautivar al espectador puesto que permiten una identificación inmediata. En los bordes de la sociedad, alejados de los privilegios de una clase dominante, estos hombres y mujeres profesionalizan su labor, recuperan su derecho a tener derechos y reclaman que los mismos sean respetados. Puntaje: 10 (diez)
Visitas inesperadas. Crítica a “Los tiburones”, de Lucía Garibaldi. La ópera prima de Lucía Garibaldi constituye el primer film uruguayo en participar del Festival Sundance donde obtuvo el reconocimiento a la mejor dirección. Además, la película fue considerada la mejor en la competencia del Festival Cinélatino de Toulouse. Por Juan Páez Los tiburones (2019) es el primer largometraje de Lucía Garibaldi, del cual es guionista y directora. El film narra la historia de un tranquilo pueblo vacacional que sufre la llegada de tiburones a sus playas, o por lo menos eso es lo que se rumorea. La posibilidad de su sola presencia inquieta a los vecinos quienes se organizan para erradicarlos de sus aguas. Es sabido que los tiburones se caracterizan por ser grandes depredadores. En este trabajo, Garibaldi toma esta premisa para construir con ella el carácter de su protagonista. Rosina es una adolecente tranquila, algo introspectiva, morosa en sus movimientos, pero a la vez es decidida, rebelde y ágil. Desde esta perspectiva, resulta interesante observar cómo se logra una identificación entre la protagonista y los tiburones. El film se inicia con un plano picado que acompaña a la adolescente mientras escapa de su padre quien la persigue. Su respiración agitada ambienta esta primera escena. Luego de correr por el asfalto frente a un cielo abiertamente azul, Rosina llega a la playa y se dirige al mar como si el agua realmente lograra calmarla. Esta persecución padre-hija anticipa indudablemente la cacería de los tiburones que los vecinos emprenderán, tras conocer la noticia de su posible presencia en las playas. De esta manera se establece una analogía interesante entre la figura femenina y los tiburones ya que ambos constituyen un desvío de la norma y un alejarse de lo que debería ser. Por un lado, tenemos la presencia de los tiburones que crea una atmósfera de nerviosismo en los vecinos, quienes saben que estas criaturas marinas no deberían estar allí, puesto que constituyen una amenaza no solo a la vida humana sino también un daño económico irremediable. Por eso resulta crucial alejarlos, extinguirlos de las playas, porque si la noticia circula y se expande el turismo se vería claramente damnificado. Por su parte, la protagonista atraviesa la cinta quebrando los mandatos. Rosina no debería comportarse con la frialdad con que lo hace, sin embargo, decide y ataca, tal como lo haría un tiburón. Así, por ejemplo, secuestra a Ramona, la perra que pertenece a Joselo, el chico que le gusta, sólo porque este no se comportó bien con ella. Comportamientos como este dan cuenta de la manera en que Rosina merodea a su presa, cada accionar es un mordisco que deja huellas. En este sentido, se produce un desplazamiento en tanto pasa de ser la presa de una cacería (padre-hija) a ser la depredadora: ve en Joselo como una presa, lo mira, lo estudia y arremete. Sin embargo, el punto más claro respecto a esta identificación que se logra entre el personaje y los tiburones, se evidencia en la escena en que ella se cepilla los dientes. No solo porque al hacerlo escupe sangre como consecuencia del uso del hilo dental, sino que además expone su boca abierta como si se tratara de un tiburón mostrando las fauces. Su rostro fragmentando en el espejo levemente inclinado evoca la mordedura. En cuanto a los planos, en la película, los primerísimos planos permiten mostrar la expresividad de los personajes, incluso, por momentos, posibilitan una cuota de humor como sucede cuando los compañeros de trabajo de Rosina juegan con los expulsores de aire desfigurando sus rostros, recurso propio de las caricaturas. Asimismo, encontramos planos generales que permiten disfrutar de los escenarios naturales en que fue rodado el largometraje: playas, arenas y atardeceres paradisíacos. En suma, este trabajo propone una identificación constante entre el modo que tienen de comportarse los tiburones y el modo que tiene de ser la protagonista. Si bien la presencia de estos depredadores no pasa del plano discursivo del rumor, las características de su comportamiento definen las acciones de Rosina. En este sentido, la película ahonda en las aguas instintivas de la adolescente, descubriendo su propia interioridad: su carácter decisivo para actuar guiada por el intuición.
“Ausencia de mí” (2018) es un bio-documental dirigido por Melina Terribili que narra la historia del artista Alfredo Zitarrosa (1936-1989). Con este trabajo la directora argentina le rinde tributo a una de las figuras más destacadas de la música popular uruguaya. Por Juan Páez La cinta ofrece un interesante repertorio de temas, sin embargo, esta vez nos interesa reflexionar sobre cómo el documental, a partir de una serie de objetos personales, logra articular un viaje al pasado para reconstruir con fotografías, papeles y canciones, la vida y obra del cantautor uruguayo. Al iniciarse la película una voz en off sostiene: “En mi país cualquiera conversa sobre el sentido de las palabras”. Con estos términos, el músico se hace presente dando lugar a una retrospectiva que ahonda en la palabra como elemento poético y de lucha. Inmediatamente, el fondo oscuro de la pantalla se ve desplazado por un paisaje de la costa con sus edificaciones, olas y gaviotas. Esta imagen, como si fuera el estribillo de una canción, se repetirá en varias ocasiones a lo largo de la biopic. El punto de partida del trabajo de Terribili es el año 2014 en Uruguay, luego de que la familia del célebre artista le entregara al estado sus archivos personales que comprenden desde prendas de vestir hasta filmaciones caseras y entrevistas radiales. Es decir, una serie de testigos silenciosos que, 27 años después, deciden hablar para contarles a los espectadores lo vivido por Alfredo Zitarrosa durante su exilio en Argentina, España y México. Paisajes, geografías y hogares que se diluyen en cada nueva partida, unifican la casa del exilio. Y como no podía ser de otro modo, el registro lingüístico da cuenta de ese destierro impuesto a través de las voces de los periodistas que, en cada nueva patria, entrevistaron al compositor. En esas secuencias, se lo puede escuchar hablando acerca de sus ideas políticas, la situación de su país, pero también sobre sus procesos compositivos y de su visión sobre la música en particular y el arte en general. En este sentido, es importante resaltar que el arte constituye para el protagonista una forma de compromiso social. Esta manera de comprender todo acto creativo le otorgó una popularidad que se vio manifiesta, por ejemplo, en la masiva asistencia de admiradores al concierto que brindó, una vez finalizado su exilio, en 1984. Respecto al tiempo, la narración se sitúa en un presente donde acontece la entrega, la clasificación y la conservación de los objetos, pero alterna con el pasado que emerge de los propios archivos. De esta manera, la temporalidad construye una memoria que es, a la vez, individual y compartida. En cuanto a los espacios, las escenas cotidianas y familiares se intercalan con otras que pertenecen a la esfera de lo público: fotografías de las fuerzas armadas, anuncios de boletines oficiales e imágenes de la represión en los tiempos dictatoriales. En suma, el film pone en diálogo diferentes artefactos –imágenes, filmaciones, entre otros objetos– para construir una narrativa que articula compromiso social y belleza artística. Este viaje al pasado permite recorrer la vida de Alfredo Zitarrosa y redescubrir la potencia de su voz. El desplazamiento temporal diagrama un recorrido por una memoria que es individual y colectiva, poniendo en valor a una de las figuras más importante de Uruguay.
El paisaje de lo humano La guarida del lobo (2019) es un thriller dirigido y escrito por Alex Tossenberger, filmado en escenarios naturales de la provincia de Tierra del Fuego, en la Patagonia argentina. El film está protagonizado por Gastón Pauls, José Luis Gioia y Víctor Laplace. La historia comienza cuando Toco, un viejo habitante de la región, encuentra a Vicente, un forastero que yace tendido inconsciente al costado de su vehículo. Toco lo alberga en su casa donde le ofrece abrigo y comida. Una vez repuesto de su caída, Vicente le pide que lo lleve hasta su coche. Tras el viaje que ambos realizan en trineo, el viajante lo contrata para que le enseñe a manejar este particular medio de transporte. Posteriormente aparece un comprador (Laplace) dispuesto a pagar una fortuna por las tierras de Toco, sin embargo, este se niega a vender sus cuantiosas hectáreas, dejando al descubierto las verdaderas intenciones que atraviesan a cada uno de los personajes. El film propone varios recorridos, no obstante, esta vez queremos centrarnos en cómo el largometraje articula un paisaje del comportamiento humano. Los seres humanos nos diferenciamos del resto de los seres vivos porque tenemos conciencia de la propia muerte y del dolor que genera la pérdida de un ser querido. Nos comunicamos, al igual que lo hacen las otras especies, pero tenemos la capacidad de crear y de metaforizar en/por el lenguaje. En esta película, los perros siberianos cumplen un papel fundamental, ya que muestran cómo, a partir del vínculo que estos mantienen con su dueño, pudieron desarrollar una vía de comunicación única que les permite cuidarse mutuamente y advertirle de los peligros. Además de la relación hombre-animal, la película plantea una serie de contrastes que, en primera instancia, podemos observarlos en la oposición que se plantea entre la calidez del hogar de Toco y el frio del paisaje blanco que lo rodea. O bien, en las diferencias que surgen entre la vida campestre del rescatista y la vida urbana de Vicente. En ambos casos, las fronteras se desdibujan a medida que transcurre la cinta como sucede, por ejemplo, cuando Vicente ingresa al mundo bucólico de su compañero a través de las lecciones de trineo mientras que el personaje de Gioia descubre la inmensidad del desierto en que habita luego de la muerte de su esposa. Esto último lo impulsa a pedirle a Vicente que abandone la ciudad para instalarse en estas tierras. En cuanto a las locaciones, el paisaje edifica un magnífico recinto blanco. En este sentido, los planos generales ofrecen al espectador una maravillosa vista del sur argentino mostrando cómo la tierra y las montañas nevadas, las tomas de sus lagos y ríos, sumado el sonido de los árboles y de las aves que nadan en el viento, crean una atmosfera de suspenso propia del género del thriller que, por otro lado, se ve intensificada por un sueño premonitorio. Ese paisaje, por momentos, abrumador y desolador adquiere un valor simbólico, sobre todo, hacia el final cuando los acontecimientos se precipitan, planteando un desenlace imprevisto que, como lo venimos observando, contrasta con el tono calmo y tranquilo del comienzo. Por lo tanto, la bondad, la mentira, la codicia, entre otros defectos y virtudes, son los elementos que conciertan este paisaje de lo humano. Asimismo, podemos afirmar que La guarida del lobo es, en realidad, el hombre mismo. Un hombre que, camuflado como estilan algunos animales, ataca a sus presas con la misma precisión con que lo hacen los lobos cuando salen a cazar.
“La decisión” (2017) es un largometraje dirigido por Vahid Jalilvand que narra la historia de Kaveh Nariman, un reconocido forense quien, tras sufrir un accidente de tránsito, se ve envuelto en un drama que atrapa al espectador desde el primer momento. Las primeras escenas muestran al médico salir del hospital donde trabaja. Es de noche y la cámara lo acompaña como si fuera un pasajero silencioso. Luego de una maniobra imprevista, Nariman colisiona con una moto donde viajan Moosa (papel interpretado por Navid Mohammadzadeh), su esposa y dos hijos. El niño de ocho años de edad sufre un golpe que parece no tener importancia, sin embargo, su repentina muerte a causa del botulismo, lleva al forense a pedir una nueva autopsia ya que sospecha que, en realidad, el fallecimiento tiene relación con el accidente en el que se encuentra involucrado. En este trabajo cinematográfico el sonido cumple un rol protagónico pues articula la trama. Desde un principio, el silencio entreteje la historia, la hilvana con detalles que se vuelven significativos a medida que la narración se desarrolla. De hecho, el sigilo de la noche se quiebra con el ruido de las rejas de la clínica al abrirse y, posteriormente, con el ruido de los autos que transitan las calles. En un principio, la escasez de palabras logra, por ejemplo, que el estruendo del choque sea aún mayor. Después del accidente, mientras su padre intenta arreglar la moto, la hija del matrimonio llora quebrando el silencio de la oscuridad. Sostenemos que las voces del silencio dan forma al relato en tanto la decisión consiste en decir o no decir, parafraseando la famosa expresión shakesperiana. Y es que la cinta se mueve desde esta tensión inicial que les brinda a los personajes una dimensión humana que conmueve. El silencio se quiebra con las múltiples versiones que reconstruyen lo acontecido, planteando un dilema filosófico y moral en torno al tópico de la culpa. Kaveh pide una nueva autopsia mientras que Moosa busca vengarse de quien le ha vendido carne en mal estado ocasionando la muerte del pequeño. Ambos personajes ocultan las palabras, permanecen callados mientras el cuerpo del niño habla. De esta manera la película da lugar a los sonidos para denunciar eso que no puede pronunciarse. Así, el grito por el duelo del pequeño, el silencio y el grito del llanto, la voz de la conciencia, el sonido de los instrumentos quirúrgicos, los pasos sobre el piso de mármol del hospital, orquestan una melodía del dolor. Asimismo, es interesante observar cómo en el largometraje se integran numerosos discursos que dotan de mayor significación a las palabras no dichas. Desde esta perspectiva, el lenguaje científico, el discurso de la medicina, se mezclan y colisionan con el hablar cotidiano, con la expresión de los sectores desfavorecidos mostrando quién puede, o no, hacer uso de la palabra. Esto mismo sucede, por ejemplo, con la voz de la esposa de Moosa quien, en la vida social, en reiteradas ocasiones se ve obligada a callar. El hecho de que la mujer pueda expresarse quiebra el silencio de la palabra del hombre desafiando su autoridad. Por eso la retiran, desvalorizan su punto de vista y la excluyen, no obstante, en su silencio ella logra hacerse oír. En síntesis, la preponderancia de planos cortos y la inclusión de una interesante gama de sonidos le brindan al film un suspenso que se intensifica escena tras escena. Las voces y las versiones de los demás personajes reconstruyen la escena inicial recreando la atmósfera propia del thriller. La ausencia de palabras en el excelente guión elaborado por Ali Zarnegar articula la trama y mantienen el suspenso hasta la última escena.