Vicenta

Crítica de Rosana López - Funcinema

UNA LUCHA LENTA, PERO ACTIVA

Contado sabiamente con maquetas y pequeños muñecos, el documental Vicenta de Darío Doria relata un drama sincero y profundo como lo fue el caso popularmente conocido como “LMR”, que sentó jurisprudencia en las leyes argentinas con respecto a la interrupción de embarazos en contexto de violaciones a personas con retraso mental.

La película narra una historia de lucha que tiene como epicentro el núcleo de una familia pobre y trabajadora liderada por Vicenta, una madre y jefa de hogar achacada por la vida. Con la tutela de su hija discapacitada, y el acompañamiento de su otra hija, hará frente contra viento y marea, primero al grave golpe de reconocer la violación a la chica por un familiar cercano, para luego vérselas contra tanta burocracia asquerosa; instituciones y representantes en la materia que juzgan “tanteando” una situación tan delicada sin conocimiento de causa ni cintura.

Se trata de una lucha tan lenta a paso de tortuga, pero activa y desesperada que envalentona a Vicenta en el transcurso de la narración y no le da lugar a rendirse. Una lucha que encuentra aliados en el camino, que entienden que el reclamo auténtico de este y del aborto en sí es un tema necesario a tratar como emergencia y urgencia nacional en la Argentina de hoy.