El aclamado director Stephen Frears (Alta Fidelidad, La Reina) vuelve con un drama basado en hechos reales. En este caso se concentra en la relación entre la reina Victoria de Inglaterra (Judi Dench) y su sirviente, el indio musulmán Abdul Karim (Ali Fazal).
Con un tono que oscila entre la comedia y el drama, el film Victoria y Abdul muestra una versión ficcionalizada de dicha unión, que en verdad existió en los últimos años de la figura más emblemática de la monarquía inglesa, aún si con algunas diferencias. La premisa parte de la base donde un hombre indio enseña el dialecto Urdu y el Corán a la anciana monarca, mientras los miembros de la realeza se escandalizan por la relación entre la Reina y un simple sirviente de, en su momento, una colonia británica.
Partiendo de una primer mitad simpática, mientras que el tono cómico sirve para hacer amenos los primeros 30 minutos del largometraje, Victoria y Abdul carece de firmeza narrativa como para propulsar la segunda parte de su metraje. Dicha segunda mitad se vuelve un tanto más dramática pero con algunas subtramas y puntos del guión sin resolver, así como una visión apresurada del relato, que hacen que la película termine siendo un trabajo demasiado superficial, que se hunde bajo su propio peso y se aleja de los hechos reales (casi siempre más interesantes que cualquier ficción).
Victoria y Abdul es una película que prefiere no adentrarse ni en los acontecimientos reales y ni en la profundidad de sus personajes, por lo cual termina siendo un mero borrador, rozando lo que podría haber sido una verdadera exploración de culturas diferentes y todo lo que eso implica. El film de Frears borra cualquier rasgo controversial de la historia y termina con una visión nostálgica y simplista de un imperio colonizador.