Estampas de una atípica amistad
Ocurrió de verdad. La reina Victoria mitigó los pesares y dolores del final de su larga vida cultivando la atípica amistad de un plebeyo llegado de la India. Esta historia de contrastes transcurre entre ceremonias protocolares y hábitos cortesanos, muchos de ellos retratados de un modo genuinamente divertido, que los protagonistas se empeñan en cuestionar. Stephen Frears, que supo ser más filoso en estas cuestiones, parece sentirse más atraído por la impronta nostálgica de la situación que por un acercamiento más profundo al contexto de este raro vínculo. El resultado es un relato amable que apenas hace alusión a los riesgos de todo choque de civilizaciones.