Victoria

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Vale como experimento, pero es mejor la historia

Se supone que lo que distingue a hasta película de dos horas y cuarto de duración es que está rodada en una sola toma. Una toma, digamos, demasiado larga, y que ni siquiera tiene los trucos para ocultar unos pocos cortes de montaje utilizados por Alfred Hitchcock en la legendaria "Festin diabólico" ("Rope").

En todo caso, durante la primera media hora de película no importa mucho cómo está concebida formalmente, ya que engancha al espectador con una discreta pero linda historia de amistad de una chica española que está sola en una disco en Berlín con unos desconocidos totalmente ebrios pero muy divertidos que están festejando un cumpleaños. La chica hace tres meses que está en Alemania y no conoce a nadie, por lo que se entiende que se enrolle con este no tan lindo grupo humano, que la lleva a robar amablemente unas cervezas en un maxiquiosco y luego hasta la invita a su escondite secreto, la terraza de un edificio de departamentos.

Pero la historia avanza en dirección al policial, con uno de los amigos totalmente ebrio e incapaz de participar en un compromiso de esos de los que nadie puede echarse atrás. Así de golpe la aparentemente joven e inexperta Victoria va a participar de un atraco, sólo que para ese punto de la proyección la larga toma ya se vuelve un poco evidente y la falta de montaje le quita fuerza y fluidez narrativa a una historia realmente atractiva que se hubiera potenciado con buenos cortes de compaginación propios de una buena película policial.

Como experimento, de todas maneras no está nada mal y es tanto un tour de force para el director como para el cameraman y, obviamente, también para los actores, empezando por la talentosa y muy atractiva Laia Costa. Pero lo más interesante es la historia y el tratamiento de ambientes contrapuestos de Berlín, ciudad que la película muestra de un modo totalmente diferente a lo que nos tiene acostumbrados el cine.