Victoria

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Victoria es una de las grandes sorpresas que brindó la cartelera de cine este año.
Se trata de la cuarta película como realizador del actor alemán Sebastian Schipper, quien es conocido internacionalmente por sus frecuentes colaboraciones con el cineasta Tom Tykwer, con quien trabajó en Winter Sleeper, Corre, Lola, corre y The Princess and the Warrior.
En este caso abordó el clásico subgénero del Heist film, una de las ramas más populares del cine policial, con una propuesta filmada en una sola toma y un guión improvisado por los actores del reparto.
Las historias de robos son un clásico en este arte, principalmente en Hollywood, desde la década de 1930, y cada tanto surgen películas que se atreven a romper los convencionalismos del género.
Dos ejemplos históricos de ello fueron The Killing (1956), de Stanley Kubrick y Gambit (1966), de Ronald Neame, que en su momento sorprendieron al público con historias apasionantes que le escaparon a los clichés que suelen tener estos filmes.
En Victoria el director Schipper no revolucionó el género con su trabajo pero brinda una experiencia cinematográfica frenética y apasionante que no se desvanece de la memoria a la salida del cine.
La trama se desarrolla durante una madrugada en Berlín entre las 4: 30 y la 7 de la mañana.
Victoria es una chica española que vive en Alemania no tiene amigos ni habla el idioma de ese país. Una noche al salir de un discoteca conoce a un grupo de jóvenes con los que termina involucrada en la ejecución de un robo.
Con esa premisa tan sencilla el director Schipper construye un thriller apasionante filmado en un plano secuencia que no da respiro desde los primeros minutos.
Si bien la trama es algo predecible, la virtud de Victoria pasa por la experiencia cinematográfica que le brinda al espectador. Sin trucos de edición y con recursos mínimos, el director Schipper logra construir un gran policial negro que sobresale por el trabajo de los actores, especialmente Laia Costa (la protagonista), y su dominio del suspenso.
Un detalle muy interesante de esta película es que a diferencia de Birdman, que presentaba un plano secuencia en un escenario específico, la trama de este film se narra en distintas locaciones de Berlín, algo que le dio una mayor complejidad a la realización de este proyecto.
Hacia el final la conclusión de la historia se estira demasiado y Victoria tal vez hubiera sido una película mucho más redonda si duraba 20 minutos menos.
De todos modos, con toda las imperfecciones técnicas y situaciones inverosímiles que se le pudieran objetar al guión, el trabajo de Sebastian Schipper consigue brindar un gran thriller que merece su visión en el cine.