Viejos

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

La alegoría sobre el tiempo en pandemia de M. Night Shyamalan

El cineasta indio-estadounidense regresa con otra historia de terror con tintes fantásticos que deviene en una ocurrente vuelta de tuerca. Una marca de estilo en su filmografía.

Viejos (Old, 2021) pasará a la historia como “la película de la playa que envejece”, por tener ese storyline que puede definirse en una frase. Sin embargo cuenta con varios de los temas “candentes” de la sociedad actual, sobre todo en tiempos de pandemia: el vertiginoso paso del tiempo, el encierro y las complicaciones de salud. Cuestiones que se resumen en una sola pregunta ¿no es terrorífico envejecer en esta época?

Como buen guionista el director de Glass (2019) y responsable de la serie Servant (2019), que experimenta un resurgimiento en su carrera desde Fragmentado (Split, 2016), desperdiga todos los elementos en la trama a la vieja usanza. Una familia llega a un desconocido paraíso tropical con el fin de relajarse y esquivar sus problemas (la pareja compuesta por Gael Garcia Bernal y Vicky Krieps está por separarse y ella enfrenta un tumor). El tiempo es vital para ellos y se trasladan a una playa “escondida” detrás de un acantilado recomendada por el gerente del hotel.

A ese paraíso caen otros huéspedes del All Inclusive donde se hospedan: el estresado doctor que compone Rufus Sewell con su esposa, obsesionada con el físico, su madre y pequeña hija, y la pareja compuesta por un hombre asiático y una psicóloga y epiléptica mujer negra. Este coctel de personalidades dispares, planteadas como estereotipos sociales alrededor de la familia protagónica, brindan un mosaico de problemas y saberes reflejados en un multiétnico grupo humano.

Shyamalan se toma sus treinta minutos para contar personajes y conflictos para, una vez en la playa, explotar el encierro a plena luz del día, con un inteligente manejo de cámara que le permite simular con maestría el paso veloz del tiempo (en un día envejecen 50 años), sin depender del maquillaje y efectos especiales en exceso.

Como buen conocedor del dispositivo cinematográfico, el director lleva el tiempo y el espacio a los límites de lo imposible. La playa es ese “no lugar” en el que los personajes exorcizan sus culpas cuando “su” tiempo se agota. El paso del tiempo genera dolor físico pero también emocional. El paraíso terrenal puede ser el ideal de belleza natural pero de igual manera la zona de la tragedia metafísica.

El terror se desprende del suspenso y juntos provocan un miedo que parece surgir de la coyuntura actual. La imposibilidad de controlar el tiempo que avanza de manera veloz sin el proceso psicológico necesario para comprender situaciones, el deterioro físico y mental que dinamita la cordura entre pares, y la inevitable vuelta de tuerca final con conspiración incluida, son los tópicos que atraviesan este relato inspirado en la novela gráfica Sandcastle, de Pierre Oscar Levy y Frederik Peeters.

Viejos es una película interesante y entretenida que obliga a entregarse a la propuesta que roza lo inverosímil en cada tramo de su recorrido. Para disfrutarla hay que pensarla como una alegoría -¿del Covid? ¿del confinamiento?- sobre los “tiempos que corren”, en ambos sentidos del término.