Se requiere de un agudo ingenio para mostrarle al espectador que lo peor de la humanidad puede estar representado en el más acotado de los espacios. Viene de Noche viene a demostrar dicho punto, a pesar de que no esté tan alineado con el género de terror en el que desea venderse.
Hay que salir del agujero interior:
Un virus inespecificado está azotando al mundo. En una casa desolada, Paul vive resguardado junto a su esposa e hijo, tomando extremas medidas de seguridad. No obstante, las cosas se complicarán cuando una familia venga a su puerta buscando refugio.Tengo la sensación de que, por la manera en la que introduce y desarrolla su contenido, el guión de Viene de Noche está más en sintonía con el suspenso que con el terror. Si bien cuenta con algunos elementos de este último, la historia es netamente una narración sobre la paranoia y cómo el miedo puede ser la mecha que acabe por detonar los peores atributos de la raza humana.
La primera mitad es una historia de convivencia, cuyos únicos elementos que podrían considerarse del género de terror son los sobresaltos y eventos sobrenaturales que resultan ser una pesadilla.
No obstante, cuando entra en la segunda mitad es cuando pisa el acelerador y las cosas van de mal en peor para los personajes, obligándolos a tomar decisiones irreconciliables a cada paso del camino. Un crescendo con fortaleza no solo narrativa, sino temática, que consigue que la trama desarrolle todo su potencial.
Suspenso a medias:
Si hay una desventaja que le encuentro a su desarrollo narrativo es que Viene de Noche no abraza plenamente su esencia de suspenso. Cuando el relato hace un esfuerzo para probarse como película de terror, consigue resultados no muy diferentes de producciones recientes. No obstante cuando se inscribe dentro del género de suspenso es donde la narración consigue brillar un poco más.
En materia de dirección, la película es impecable. Cada interacción entre los actores se nota que está preparada con muchísimo cuidado. No solo eso, cuenta con una cámara muy consciente del efecto psicológico que puede tener la composición de cuadro indicada en el momento indicado.
Todo esto apoyado, desde luego, por una iluminación y dirección de arte que saben crear un clima. El montaje es prolijo, incluso ubicado. Sabe cuándo conviene que sea picado y cuando está en el bienestar de la escena dejar que un plano fluya hasta lo máximo de su potencia.
En el apartado actoral tenemos labores muy decentes, pero quien se come la película es Joel Edgerton. El actor consigue llevar a buen puerto un personaje con muchos matices, que puede ser compasivo y que, al mismo tiempo, no le va a temblar el pulso en matarte si eso significa que su familia viva un día más.
Conclusión:
Los puntos que Viene de Noche podrá no gana por originalidad los compensa con destreza narrativa, que si bien al principio puede ser cansina, termina adquiriendo una velocidad e intensidad dramática que termina llevando todo a buen puerto. Como película de terror es una más del montón, pero como película de suspenso es donde encuentra la gran mayoría de sus virtudes.