De paseo a la muerte
Obra que atrapa más por los climas que va proponiendo a partir del desarrollo propio de la historia que del relato mismo, sustentando por muy buenas actuaciones y un guión que tiene su apoyatura en un suspenso en estado de suspensión.
Dicho de otra manera, hay un crimen, hay una investigación, hay personajes dolientes, unos padres que perdieron a su hija, supuestamente asesinada, un investigador que se hace carne de la investigación por cuestiones personales, y una agente del FBI que no puede soportar que el todo se diluya.
Pero lo que realmente deja al espectador, expectante, es cómo cada uno de ellos va reelaborando sus cuestiones, como continuar con una vida que aparece como ya sin sentido.
Si bien todo esto se une en la secuencia de resolución de la intriga policial, la misma que instala al filme en el genero del thriller.
Escrita por Taylor Sheridan, el guionista de “Sicario” (2015) y “Sin nada que perder” (2016), haciendo su debut como director y conformando simultáneamente, lo que podría suponerse una trilogía sobre lo criminal en el gran país del norte, sin que la temática se haya agotado, pues hay otras variables sobre el mismo.
Cory Lambert (Jeremy Renner) es cazador de predadores de Wyoming cargando una historia personal tan pesada como irresoluble, encuentra el cadáver de una joven veinteañera, la conoce, supone un asesinato.
Por el solo hecho que el cadáver estaba en una reserva indígena la policía local debe hacerse cargo de la investigación, salvo que se confirme el asesinato, tarea encomendada a Jane Banne (Elizabeth Olsen), otra joven inexperta agente del FBI. La cual le pide ayuda para la investigación al cazador, conjuntamente a Ben (Graham Greene), el sheriff nativo.
La narración se toma su tiempo para poder hacer carne de la tragedia, esto desarrollado a través de Martín (Gil Birmingham), el padre de la victima, mas que del misterio, basado en hechos reales de la misteriosas y no resueltas desapariciones de las mujeres nativas, también termina resultando una especie de denuncia al respecto.
Una muy buena estructura narrativa, muy bien desarrollada, con tramas secundarias como sostén indispensable, apoyada por el diseño de sonido, la dirección de arte, fotografía incluida, que hace del paisaje, desolador, frío, inhóspito, y extremadamente bello, otro personaje.
Sin embargo sobresalen las actuaciones de los cuatro personajes centrales, Jeremy Renner es todo un catalogo de sensaciones y sentimientos minimalistas sin necesidad de palabras, cargando el peso de la producción sobre sus espaldas, los otros dos masculinos no le van en saga, salvo por el tiempo en pantalla, lo mismo sucede con Elizabeth Olsen que demuestra ser mucho más que un rostro hermoso.
Un muy buen ejemplo de cómo hacer cine sin espejitos de colores ni parafernalia tecnológica y efectos especiales, con sólo una muy buena historia muy bien contada.
(*) Realización de Ethan y Joel Coen, en 1990.