Viento Salvaje: Tierra de nadie.
La opera prima del guionista de Hell or Highwater y Sicario, Taylor Sheridan, es un sofocante y crudo relato sobre un lugar antes disputado del que todos ya quieren escapar.
Durante un duro invierno en la reserva Wind River de Wyoming, el agente Cory Lambert (Jeremy Renner) descubre en medio de la nieve el cuerpo sin vida de una adolescente que venía escapando de unos secuestradores antes de sucumbir ante el frío nocturno. Tras la llegada de la agente del FBI Jane Banner (Elizabeth Olsen) y ciertos problemas burocráticos con la autopsia comenzará la investigación sobre este caso que, si bien a medida que transcurre descubrimos que tiene lazos muy personales con nuestros personajes, sirve para acompañar el profundo desarrollo de personajes que caracteriza a los disruptuvos guiones de Sheridan.
Con todos los tintes de un áspero thriller de investigación en medio de un paisaje nevado, es un tanto difícil imaginar que en vez de reiteradas escenas de caza de malechores y derribos de puertas nos pasemos la mayor parte del film siguiendo a un cuarentón cazador de depredadores en busca de rastros en la nieve o teniendo charlas sobre lo difícil que es vivir allí; y si bien hay algunas persecuciones de acción, muy bien ejecutadas por cierto, el núcleo dramático de la historia recae con mucha fuerza, y a su vez mucho éxito en la empatía generada por nuestros protagonistas, víctimas tanto de sus agresores como de su entorno natural y político, que los dejan a la deriva en más de una ocasión.
Como en Sicario y Hell or Highwater especialmente, Sheridan incluye temas políticos actuales y bastante controversiales en Estados Unidos actualmente; en este caso relacionados con los pueblos nativos y la desaparición de mujeres, pero los introduce lo suficientemente “ocultos” en la trama para que vayamos notando el alcance de estas problemáticas a medida que transcurre la historia.
Jeremy Renner da una de sus mejores actuaciones, versátil entre los momentos que requieren emoción desesperanzadora, resuelto y vengativo mientras realiza su trabajo, realmente brilla en cada escena. Elizabeth Olsen también se luce, dándole hasta cierta liviandad a la historia tomando el lugar del “pez fuera del agua” que se muestra confundida ante los manejos en la reserva.
Para ser su ópera prima, Sheridan realmente logra un film tan realista y crudo que hasta puede incomodar, similar a sus ya nombrados trabajos como guionista, en que la rabia y angustia contenida bajo esas gruesas capas de nieve va cocinándose lentamente hasta estallar como en una catarsis vengativa en el tercer acto.
Viento Salvaje avanza lentamente revelando sus pocos giros dramáticos, pero especialmente impulsada por un muy buen guion y personajes tan bien escritos como personificados. Vale la pena echarle un vistazo.