“Vientos de agosto” es el primer largometraje de ficción del realizador brasileño Gabriel Mascaro (Recife,1983), quien cinematográficamente ha sido multipremiado como documentalista, a quien conocimos en el BACIFI 2009 cuando presentó “Un lugar al sol”, que obtuvo una Mención Especial, y “Domesticas (2012), premiada en IDFA 2012 en Ámsterdam.
La historia tiene como marco una pequeña aldea de la costa del nordeste de Brasil, a la que el mes de agosto llega como todos los años, con mareas altas y fuertes vientos típicos de la zona, los Alisios (*), que da origen al título del film. La pareja protagónica la conforma Shirley (Dandara de Moráis), quien ha dejado la ciudad para cuidar a su abuela y trabaja conduciendo el tractor de la plantación de cocos, toma sol bañada con Coca-Cola a modo de protección solar y escucha música de rock y, en sus tiempos libres, dibuja tatuajes, y Jeison (Geova Manoel Dos Santos), que cuida de su padre, trabaja en la planta de cocoteros, en su tiempo libre se dedica a pescar langostas y pulpos. Ambos se gustan, y a veces hacen un alto en el viaje de vuelta del tractor para practicar sexo sobre el remolque de cocos.
La llegada de un investigador que graba el sonido del viento, Jeison (Gabriel Mascaro, sí, el realizador) coincide con un descubrimiento del otro Jeison, que lo llevara a iniciar un viaje de lucha y superación, ver la vida y la muerte, la perdida y la memoria, y el viento y el mar, en definitiva un viaje hacia la madurez.
Se destaca un trabajo actoral bien logrado por un elenco donde la única profesional es Dandara de Moráis, en razón de la naturalidad que trasuntan en sus participaciones, quizá porque se interpretaban a sí mismos y contaron con la apropiada conducción del realizador.
En los aspectos técnicos la producción contó con dos invitados especiales: la fotografía y el sonido, que me atrevería a decir son relevantes, es decir el registro de imágenes ante la belleza de la naturaleza (vegetación y mar), y un sonido que se hace sentir en toda su grandeza y magnitud, ambos conversando con los espectadores logrado arrebatarle el protagonismo a los humanos.
En el guión se observa una relato lineal en la que los diálogos son mínimos, logrando que el peso de la narración recaiga sobre la imagen, para lo que Mascaro se coloca justo en el lugar preciso para captar dicha imagen, lo que hace que el montaje sea simplemente un corte que nos lleva a la siguiente imagen para delicia del cinéfilo.
No es un cine fácil de digerir, pero creo que es una película que no puede dejar de ser vista.
(*) Vientos Alisios son los que soplan en las zonas subtropicales de alta presión con rumbo a regiones ecuatoriales de baja presión. En el hemisferio sur estos vientos soplan del sudoeste hacia el noroeste, lo que implica un traslado de calor de la región ecuatorial a la región subtropical (se lo conoce como circulación Hardley). Son vientos mesurados que soplan con regularidad dependiendo de la estación del año.