¡Que vivan las diferencias!
El Partido de General Villegas se encuentra ubicado en el Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, a 465 kilómetros de la Capital Federal. Con una superficie de 7.232,80 km2, constituye el cuarto distrito en extensión de la Provincia. Es en esta ciudad donde el joven director y guionista Gonzalo Tobal decide desarrollar la trama de su primer largometraje.
La película narra la historia de dos primos que, luego de un tiempo sin verse, deben emprender un viaje a su pueblo natal (Villegas) tras recibir la noticia del fallecimiento de su abuelo. Así comienza un recorrido en cuatro ruedas por las rutas argentinas y sus hermosos paisajes.
Esteban (Esteban Lamothe), al mando del volante, y Pipa (Esteban Bigliardi) como copiloto, parecen dos desconocidos en un primer momento y, a medida que avanzan en su camino, se hacen más marcadas las diferencias entre ambos. Esteban es una persona bastante estructurada, a punto de casarse, con un buen empleo, muy juicioso a la hora de tomar decisiones y poco demostrativo. Su primo, en cambio, es un loco divertido, músico y bohemio, a quien le gusta vivir el momento despreocupándose de todo lo que ocurre a su alrededor.
Tras unos cuantos inconvenientes ocasionados principalmente por Pipa, llegan a General Villegas para asistir al entierro del difunto y arreglar algunas cuestiones del negocio familiar.
En esta segunda parte, Tobal se encarga de transmitir al espectador toda la belleza del campo mediante imponentes planos y movimientos de cámara. Hasta nos regala una vista de 360º para que podamos apreciar los colores intensos de la naturaleza del lugar.
Si de actuaciones hablamos, ambos Esteban interpretan sus respectivos papeles correctamente. Lamothe es un joven actor en crecimiento que sabe muy bien lo que hace. Logra un personaje misterioso y un tanto obsesivo sin problema alguno. Bigliardi encanta con un papel tan gracioso como el de Pipa; con gestos pícaros y espontáneos y con una forma de hablar pausada pero amigable, logra que el espectador ría en más de una ocasión.
Importante me parece destacar la labor de Nacho Rodríguez, quien fue el encargado de la composición de todos los temas del film. Cada una de las canciones describe a la perfección una situación en particular.
Un punto en contra para Villegas es la abundancia de tiempos muertos en muchas de las escenas, lo cual hace que se pierda la esencia de lo que se está contando y hasta, por momentos, la vuelve un tanto pesada.
Claro aunque sencillo es el mensaje que Tobal nos quiere dejar con su ópera prima. Dos primos que, a medida que transcurre la película, van reencontrándose y aceptándose uno al otro a pesar de sus diferencias.
Dos personas con las mismas raíces, que por distintas razones tomaron rumbos diferentes, ahora se debaten entre lo que son y lo que fueron. El poder de los recuerdos y el pasado por sobre las acciones y actitudes presentes.