Violette

Crítica de Francisco Nieto - CineFreaks

La búsqueda del amor

Una coproducción franco-belga que nos hable de intelectuales franceses de los años 40 y 50 del pasado siglo XX no parece a priori que vaya a arrasar la taquilla, pero es necesario de vez en cuando acudir a este tipo de biopics tan alejados de imposturas y repeticiones hollywoodienses. Aquí se nos explica de manera harto visceral los comienzos y su posterior éxito en el mundo de la escritura de la novelista francesa Violette Leduc, animada por intelectuales existencialistas de la época como Maurice Sachs, Jean-Paul Sartre, Jean Cocteau, Jean Genet y Simone de Beauvoir, de quien estuvo perdidamente enamorada.

El film se sostiene de manera estimable gracias a la matizada y muy enérgica interpretación de Emmanuelle Devos (La Mentira), omnipresente en pantalla durante las más de dos horas de metraje dando pie a relaciones más o menos pasionales con el resto del elenco actoral, donde destacan nombres tan populares de la cinematografía francófona como Olivier Gourmet (El chico de la bicicleta); Sandrine Kiberlain (Infieles anónimos) o Jacques Bonaffé (36 vistas del Pico Saint Loup).

El director encargado de que conozcamos esta figura semidesconocida que sin embargo publicó obras tan importantes como La Asfixia, La bastarda o la muy polémica Ravages (un escrito donde se hablaba abiertamente de lesbianismo y aborto en una época de marcado carácter retrógrado) es Martin Provost, reconocido sobre todo por su trabajo en Seraphine, donde ya se interesó por la vida de una pintora importante aunque poco conocida como fue Seráphine de Senlis.

Violette es una buena película, segura, porque aunque no llega a enamorar ni a generar animadversión alguna, uno sale del cine y no siente que ha malgastado su tiempo ni su dinero. A pesar de todo, la película no es nada arriesgada formalmente y su mensaje, más que como alegato de los derechos de la mujer para su independencia, funciona más como un sentido homenaje a una escritora atormentada por su desamor y demás experiencias vitales que consiguió, eso sí, a través de sus narraciones, despojarse de sus traumas y transmitir de una manera directa y sin tapujos unos valores que resultaron esenciales a mediados de siglo XX para gran parte de una población femenina que pedía un cambio, y también para una nueva generación que exigía nuevas formas de expresión, menos censura y más libertad y reivindicación de la sexualidad.

Un film que hará las delicias de los amantes de la literatura francesa de esa época, ya que en varios pasajes de la misma se opta por recitar fragmentos claves de las obras que encumbraron a Violette, dotando al conjunto de un aire intimista que lo aparta del todo del lado histórico (es lo que tienen las propuestas que no cuentan con un presupuesto elevado).