Algo tiene JR que a Varda le recuerda a Jean-luc Godard. Algo, como la negativa del hombre a quitarse las gafas oscuras por un momento para dejar al descubierto su mirada. Pero incluso el cineasta francés aceptó una vez hacerlo para que la diminuta directora lo retrate. En JR este capricho puede entenderse por esa necesidad que defienden muchos street artists de mantener su identidad oculta aunque actualmente figuras reconocidas como las de este treintañero que busca hacer de su obra un lugar de reflexión social, no son perseguidas ya que la moda les otorga la impunidad necesaria como para que no se considere su trabajo como un acto de vandalismo.