El arte de la simetría
El director y “palindromista” Tomás Lipgot hace un recorrido por cuatro países siguiendo su pasión: las palabras y las frases reversibles. En este viaje, encuentra instituciones como el Club Palindromista Internacional y un cortometraje sobre el palindromo. Lipgot se identifica a sí mismo como un palidromista, su amor y curiosidad por este tipo de lenguaje lo trasladó a tierras lejanas para profundizar más su conocimiento acerca de este extraño mundo.
A medida que avanza la película, conocemos a diversas personas que comparten su amor por los palíndromos. Sin importar su profesión, personas de todo el mundo forman parte del Club Palindromista Internacional, un club particular que nuclea a las personas con tan peculiar interés.
El palíndromo es el protagonista, aparece como una ciencia y una pasión que no se centra solo en las palabras, sino que se puede observar en gestos, imágenes y música. Lipgot logra transmitirnos este interés por la simetría perfecta a través de lo que dicen los palindromistas. También se percibe una cierta estructura palíndroma misma en la película, con imágenes partidas al medio y en espejo.
Lipgot genera a través de la música y el guion un relato relajado, simpático, divertido y entretenido. Nos muestra personas diferentes, estrafalarias, y su mirada sobre el mundo discursivo. La obsesión por la simetría es llevada al extremo, lo que nos lleva a preguntarnos sobre los verdaderos sentidos de las palabras, gestos e imágenes que utilizamos en nuestra vida diaria.
La originalidad de Viva el palíndromo! se centra en mostrar desde adentro un mundo desconocido para la mayoría de las personas. También se diferencia del resto de los documentales ya que toma el concepto de palíndromo como una forma de ver el mundo y como una forma de mostrar a través de la imagen este mundo. El documental podría describirse como perfectamente simétrico, siguiendo el concepto de palíndromo, ya que contiene un cortometraje exactamente en la mitad del film.