Viva

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

Cómo es vivir y morir en La Habana

Lo más valioso de Viva es que los personajes, a pesar de vivir en las peores condiciones económicas, tienen sueños.

La de Viva es una historia tristísima. Jesús es un joven de La Habana que hace lo que puede para ganarse la vida. Trabaja en un club nocturno de drag-queens peinando pelucas.

Su condición de homosexual le impide conseguir un trabajo mejor y debe prostituirse para ganar unos pesos más. Jesús se apoya en la amistad de Cecilia, una joven a quien aprecia mucho, y de Mama, el jefe del antro nocturno donde se juntan todas las noches a escuchar cantar los lamentos de las personas más tristes del mundo.

Fuera de la compañía de estos personajes, Jesús está solo. Su madre murió y su padre es un exboxeador alcohólico que está preso por homicidio, pero reaparecerá sorpresivamente en su vida para cambiarla para siempre.

A partir de ahí la película dirigida por el irlandés Paddy Breathnach se dedicará a enfrentar las visiones del padre y del hijo, quienes intentarán construir una relación atravesada por el amor más sincero pese a las evidentes diferencias que tienen de la vida.
Lo más valioso de Viva es que los personajes, a pesar de vivir en las peores condiciones económicas, tienen sueños. La música funciona como el dispositivo que los transportará a ese lugar donde nunca se atrevieron a ir.

Los personajes no se dan cuenta de que están aprisionados en un lugar que no les ofrece ningún futuro. El espectador, sí. Lo destacable de Paddy Breathnach es que no cae en la propaganda, ni a favor ni en contra de la revolución cubana. Se limita a poner el foco en la vida de Jesús para que por debajo fluya la otra historia, la de las condiciones sociales y políticas en las que viven los cubanos.

En el fondo, Viva es una película sobre cómo es vivir y morir en La Habana.