"Viviendo con el enemigo" se sitúa en una época poco explorada por el cine: apenas después de la Segunda Guerra, en una Hamburgo destruida, con los alemanes derrotados y los aliados tratando de dominar el territorio. Pero este contexto histórico es lo único que se puede rescatar de la película. La trama gira alrededor de un militar británico y su esposa (Keira Knightley), que se instalan en Hamburgo, en una mansión lujosa que se salvó de las bombas. El tema es que deciden (de buenos que son) compartir parte de la casa con su dueño, un arquitecto alemán culto y distinguido. Pronto habrá un triángulo amoroso cantado, y la historia gira a un melodrama previsible y aburrido. Los diálogos solemnes y la resolución de telenovela terminan por derrumbar a la película.