Apenas 6 meses han pasado de la necesaria victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. La ciudad de Hamburgo es prácticamente puro escombro; los sobrevivientes tienen que volver a empezar y al mismo tiempo examinar sus conciencias en lo privado y demostrar frente a los triunfadores la distancia frente al régimen vencido. Una de las pocas virtudes del film de Kent radica en señalar la laboriosa tarea colectiva de examinar la conciencia: ¿cómo seguir adelante después de los campos? ¿Cómo sentirse alemán tras la barbarie? Tales cavilaciones se desarrollan toscamente, como también los resortes del melodrama que se impone como tema principal.