Luego de muchas idas y vueltas en la decisión nos dispusimos, junto con la editora de esta web, a ver una de las diez nominadas a Mejor película, Vivir al límite.
La directora Kathryn Bigelow creó un ambiente muy hostil en el que se desarrolla una película sin ritmo, pero con mucha tensión. La forma en la que está filmada es bastante cruda y eso ayuda a creer de alguna manera en el relato contado. Me pareció muy acertado que no realice ningún tipo de reivindicación de la guerra y que solo se dedique a mostrarnos la realidad y la labor de un escuadrón que se dedica a desactivar bombas en Irak.
Hay películas que no están destinadas a divertirnos y ésta es un fiel ejemplo de ello. No vayan al cine esperando la clásica película de acción, porque no solo no la van a encontrar, sino que lo más probable es que se levanten de sus asientos para irse mucho antes de que termine. Por momentos puede ser aburrida y pesada, pero también atrapa mucho y si logran meterte dentro de su terrible trama seguramente la van a pasar bien. La historia en si es asfixiante desde la primer escena, por ende si toman en cuenta estas "condiciones" pueden ir tranquilamente y no saldrán defraudados.
No me voy a poner a juzgar su nominación a los Oscar, pero si me parece bueno que se premie con una candidatura a una cinta que aborda desde un lugar distinto un género bastante repetitivo como lo es el bélico.
Las actuaciones están realmente excelentes y sostienen con mucho dramatismo el relato. Jeremy Renner es el protagonista principal y se come la película, pero sus compañeros Anthony Mackie y Brian Geraghty no se quedan atras y lo acompañan de manera brillante durante sus 130 minutos.
Vivir al límite es una buena salida para quienes busquen una película de "poca" acción combinada con mucho dramatismo y tensión.