“Argo” y “Atracción peligrosa” han demostrado que Affleck es un muy buen director y narrador. Aquí no llega a derrapar del todo, pero la ambición es demasiado grande y el espectáculo muchas veces se le va de las manos. La historia del hijo de un alto jefe policial que empieza a involucrarse con el hampa, se ve envuelto en una tragedia y vuelve por venganza, está ambientada en los años 20 y recuerda al gran cine de gánsteres de aquellos tiempos. Pero la mezcla de suspenso, melodrama y paisaje social un poco subrayado muchas veces parece poco cohesiva, como si grandes escenas quedaran desconectadas o como si el andamio del guión tuviera algunos faltantes. Pudo haber sido una gran película y queda como un “gran film enfermo”. Pero mucho de lo que hay es mejor que la mayoría del mainstream contemporáneo, así que queda recomendada incluso por sus defectos.