Voces doradas

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Hace unos años, en el 2015, se estrenó un excelente documental titulado Chuck Norris vs El comunismo que exploraba la importación ilegal de filmes hollywoodenses pochocleros durante el régimen de la Unión Soviética.

En la década de 1980 el comercio pirata de las videocaseteras dio lugar a una actividad muy particular que fue el doblaje clandestino de las producciones americanas. A través una tarea que también representaba cierta rebeldía contra el gobierno, muchos artistas se dedicaron a doblar las voces de los grandes héroes de acción de aquellos días. Para el momento en que la Unión soviética llegó a su fin, a comienzos de los ´90 existían dos generaciones de espectadores rusos que asociaban a Sylvester Stallone, Bruce Willis y Schwarzenegger con las voces de los doblajistas locales que luego se convirtieron en celebridades populares.

En Voces doradas el director Evgeny Ruman toma ese contexto histórico para construir una divertida comedia de enredos que se relaciona con esta temática. En la trama un matrimonio ruso emigra a Israel tras el colapso del comunismo y en el nuevo hogar donde se establecen terminan vinculados con las viejas actividades que les dieron notoriedad.

Gran parte del tratamiento del humor se centra en el choque de culturas donde siempre está presente el contexto de político de la época. A través de esa premisa el director Runan explora los altibajos y conflictos que se relacionan con las experiencias de los inmigrantes.

Sin embargo la película va más allá de tema y también elabora un reconocimiento afectuoso al arte del doblaje y los especialistas que ejercen esa profesión. No recuerdo haber visto otro film sobre este tema y Voces doradas representa uno de los aspectos más interesantes de la trama, más allá de las situaciones humorísticas. Motivo por el cual es una gran recomendación para quienes tengan interés por estos temas.