Todos los que tenemos casi 50, estamos muy en tema con la recuperación del terreno donde se asentaba el legendario estadio de San Lorenzo de Almagro. Conocemos la problemática y muchos de nosotros hemos estado, en el mítico Gasómetro. En particular, recuerdo la magia de aquella cancha, instalada en Avenida La Plata entre Las Casas e Inclán, con sus tablones de madera y su verde césped...
Este documental, reconstruye la historia de aquella dolorosa pérdida, y el camino autogestionado que hicieron socios y simpatizantes, para volver a tener estadio en Boedo, lugar del que nunca debieron salir. Sergio Criscolo, dirige una interesante reconstrucción sobre el proceso reciente, pero también indaga y presenta la rica historia cuerva, desde inicios de siglo.
Boedo, es un barrio símbolo para todos los porteños, y en ese sentido, el documental muestra testimonios de gente de la música, el deporte, la política y la dirigencia, que dejan su opinión sobre este trayecto en el que la recuperación del estadio, parece ya un objetivo posible. Aquel espacio fue creado en 1916 y se cerró, por presiones del gobierno militar que al parecer tenía un negociado inmobiliario con una empresa de supermercados ya conocida por todos, en 1982.
Luego, el club debió jugar sus partidos de local, en otros lugares, se fue al descenso y a su regreso, montó el operativo para armar otro estadio, que es el que actualmente posee en el predio de Villa Soldati.
Pero la reconstrucción está en marcha. Algo increíble, desde ya. Socios y adherentes compraron metros del futuro estadio por valor de 7 millones de dólares. Apostaron a la recuperación y establecieron una red que presionó a la política con un reclamo claro, hasta lograr que la Legislatura porteña promulgue una ley que resuelva ese regreso.
El film muestra el corazón del barrio y la pasión que genera en su gente, todo lo que constituye su misma esencia.
Los reportajes tienen un aporte sustantivo, son intensos, hay mucha emoción que atraviesa cada segmento de la peli y el trabajo de Criscolo es efectivo y atractivo. Incluso para los que no somos cuervos, desde ya. La pasión genunina trasciende la pantalla. La sentís. Es la magia del fútbol, y la pertenencia al barrio. El amor por los colores. No hay muchos adjetivos para agregar, "Volver a Boedo" es un homenaje a los hinchas.
A su lucha por recuperar lo que es suyo. A poner en la superficie la historia de un reclamo justo. Vale la pena adentrarse en él, y si amás la redonda, te va a encantar.