Un film que se supera al alejarse del tono melodramático que impone la historia
A veces el destino desafía sin piedad a seres que, alegres y despreocupados, desfilan por la vida luchando contra las adversidades. Ese destino, precisamente, es el que se ensaña con Paige y Leo, quienes conforman un joven matrimonio profundamente enamorado y satisfecho de su vida como artistas -ella, una escultora amante de su profesión; él, un exitoso empresario de un estudio de grabación-, a quienes nada parece interrumpir esa placidez hogareña y laboral. Sin embargo, en una noche nevada, el automóvil en el que viajan sufre un accidente del que Leo sale ileso, pero ella sufre un traumatismo en la cabeza.
Cuando Paige supera el estado de coma, Leo es para ella un completo extraño. La muchacha retrocedió mentalmente a la muy joven estudiante de abogacía que era cinco años atrás, antes de conocer a Leo y de convertirse en artista. Ya no es la esposa de ese hombre ahora sumido en una profunda depresión y tampoco rememora su vida actual ni entiende el motivo de haberse distanciado de sus padres. Extraña su guardarropa más conservador y no sabe el motivo de haber abandonado una prometedora carrera de leyes.
Para empeorar las cosas, Paige piensa que sigue enamorada de un empresario que, en el pasado, logró llegar a su corazón, y todo ello la vuelve reacia a aceptar a Leo en el presente.
El director Michael Sucsy elaboró esta problematizada historia con indudable calidad y calidez. Dejó de lado el tono melodramático que se imponía en el tema para retratar las vicisitudes de la pareja protagónica -buenas actuaciones de Rachel McAdams y de Channing Tatum-, y convertirlas en un péndulo en el que la ternura de Leo se contrapone con esa falta de memoria de su mujer, quien poco a poco comprenderá que el amor puede renacer de una flor marchita.
Este desafío pondrá a prueba todo lo que él creía acerca de la necesidad de reiniciar una nueva vida, de ser honesto con uno mismo y de mantener el sagrado aspecto de la ceremonia matrimonial: los votos que se hacen dos personas entre sí. El público (sobre todo el femenino) verá en esta trama un cuadro emotivo en el que la necesidad del reencuentro amoroso podrá saltar las vallas de la adversidad.