Ella ya me olvidó...
Película "de concepto" (un matrimonio de gente joven, bella y feliz sufre un accidente automovilístico, ella pierde la memoria "reciente", no recuerda nada de él ni de la relación, decide regresar con su odiosa familia y a sus gustos adolescentes, mientras él trata de reconquistarla), Votos de amor es uno de esos melodramas románticos hiper edulcorados, lacrimógenos, cursis, grasas, pero que -por lo menos- no tiene miedo de serlo. Es decir, no trata de disimular nada, no pretende esconder ni siquiera sus elementos de fórmula más rancia. Eso no la salva, es cierto, pero de alguna manera la convierte en un producto más honesto y cristalino. Esa absoluta autoconciencia, esa falta de "represión" la tornan casi insufrible para algunos (entre los que me encuentro), pero eficaz para quienes tienen otra sensabilidad, gusto y percepción (recordemos que lideró durante mucho tiempo la taquilla norteamericana hasta convertirse en uno de las sopresas comerciales del año).
El guión (¡ay, esa voz en off!) y el director Michael Sucsy (cuyo único antecedente más o menos importante era el telefilm Grey Gardens) no dejan estereotipo o golpe de efecto por acumular y, en este sentido, cabe destacar la nobleza, el profesionalismo con que los dos protagonistas (los carilindos y muy de moda Rachel McAdams y Channing Tatum) sobrellevan las situaciones más torpes, ridículas y exageradas y hasta aportan una más que encomiable "química" física/romántica. Si salen airosos de semejante desafío, queda claro que están capacitados para todo y que, por lo tanto, para ellos lo mejor aún está por venir.
PD: Da pena ver a los veteranos Sam Neill y Jessica Lange degradados a encarnar a dos tristes personajes como los padres manipuladores de la protagonista.