Si te he visto no me acuerdo
Pese a que las comedias románticas ya no son lo que solían ser mientras sigan existiendo esas almas cándidas y blancas que lloran como magdalenas de acuerdo a los avatares que atraviesan las parejitas de rigor para llevar su amor a buen puerto, relatos como la película que nos ocupa seguirán generándose por los siglos de los siglos. La cuestión es que después de tantas historias de romances truncos que hemos conocido, la posibilidad de ofrecerle algo nuevo a la audiencia roza el milagro. Y, como podrán imaginarse, Votos de Amor no se acerca a esa categoría de ningún modo.
¿Cuál es la premisa de esta opera prima de Michael Sucsy? Un recurso inmemorial, el nunca bien ponderado conflicto del amnésico (amnésica para el caso) que debido a un accidente de tránsito olvida todos los años que compartió con su media naranja a quien confunde con un médico al despertar en el hospital. Ya con este planteo el melodrama (aunque a posteriori no lo sea tanto) se frota las manos anticipando lo que está por venir. Por desgracia otro tanto sucede con el espectador pero habrá quienes no lo vean como un problema sino apenas como una constante más del género. Para ellos está dirigida esta obra inspirada en sucesos presuntamente reales (hasta nos muestran la foto del matrimonio afectado antes de que pasen los créditos) entre cuyos guionistas aparece Jason Katims, el creador de la serie de culto Roswell.
Con todas sus limitaciones a cuestas, ¿cuál puede ser el secreto del éxito de este filme que sorpresivamente encabezó la taquilla en EE.UU. durante el pasado mes de febrero? Es sencillo de establecer: la química entre sus actores principales. Ella, Paige, es la simpática y desenvuelta Rachel McAdams; y él, Leo, es interpretado por el inexpresivo ex modelo Channing Tatum. Entre los dos se potencian pero, también es justo decirlo, son los únicos personajes de interés ya que los secundarios realmente apestan. Ni siquiera buenos actores como Sam Neill (odioso como de costumbre: al irlandés/neozelandés lo encasillaron hace rato) y Jessica Lange sacan las papas del fuego. Scott Speedman como el tercero en discordia no debe tener más de tres o cuatro apariciones y los amigos de la pareja entran y salen de escena sin que lleguemos nunca a conocerlos demasiado. Ignoro si esta decisión fue tomada para no eclipsar a Tatum y McAdams o si la causa hay que buscarla por el lado de la impericia de sus hacedores (creadores suena demasiado ambicioso para lo que es el producto final); lo cierto, en definitiva, es que la trama se concentra exclusivamente en esos roles y desatiende al resto de mala manera. Cualquier comedia o drama de tono romántico que se precie de tal -hay decenas de ejemplos para citar-, les encuentra su lugar a estos confidentes, ayudantes o antagonistas que le dan relieve a la relación de los protagonistas. En Votos de Amor estos personajes no cumplen una función concreta con la excepción, quizás, de la asistente de Leo en el estudio de grabación (que de eso vive el hombre). Una de las tantas amistades de la pareja es la bella Jeananne Goossen, que al igual que Sam Neill y Wendy Crewson (la doctora de Paige) han compartido set en la serie de TV Alcatraz. ¿Les harán precio por paquete? Qui lo sa…
Si Votos de Amor sobrevive al visionado de un ojo entrenado es sólo porque la idea que vende es tan fuerte y emotiva que compensa la pobreza de su ejecución. ¿Quién no es capaz de identificarse con un Leo desesperado por recuperar a su amor perdido tras ser testigos en las primeras escenas de la profundidad de su vínculo con Paige? Aún un intérprete con escaso registro técnico como Channing Tatum logra transmitir esa angustia y generar el feedback emocional indispensable para que una película de estas características funcione. Previsible, chata, sin vuelo: podríamos enumerar estos y otros adjetivos calificativos negativos y sin embargo, aunque parezca contradictorio, el filme cumple su propósito de aflojar las conjuntivas y proyectar en quien lo acepte la simple noción de que el amor todo lo puede. Básica pero concreta, la propuesta al menos no ofrece gato por liebre y no se estira más allá de la cuenta. Al que le alcance con esto que lo intente…