“Vox Lux” es la segunda película como director del joven actor norteamericano Brady Corbet, que en 2015 debutó con la elogiada “The Childhood Of A Leader”. Corbet hace un cine que se pretende provocador, ácido y cuestionador, pero en ese camino pierde cualquier sutileza y misterio y su mensaje se agota antes de llegar a destino. Esta vez su protagonista es Celeste, una adolescente que sobrevive de milagro a un feroz tiroteo en una escuela secundaria (oh, el interior oscuro de EEUU) y después se transforma (la magia de los medios y la industria mediante) en una juvenil estrella pop. El director divide la historia en capítulos, y retrata a la chica que va perdiendo la inocencia del principio hasta la Celeste adulta (interpretada por una excelente pero desbordada Natalie Portman), que a los 31 años es una estrella internacional desequilibrada, paranoica y drogadicta. La película maneja registros de drama, parodia y algo de comedia negra, pero no logra que las partes convivan armónicamente. Además son tan variados los temas que pretende abordar que las reflexiones se quedan siempre en la superficie.