Aquí hay una extraña historia que mezcla la sátira pop con el comentario social. “Vox Lux” es una especie de odisea musical que combina el oropel de las superestrellas con los dramas reales que vive el mundo a partir de los constantes episodios terroristas y de masacres escolares. Justamente, luego de una de estas masacres al estilo Colombine, la joven Celeste (Natalie Portman) sabe cómo transformar un duelo musical en estrellato mundial, y de algún modo toda su carrera posterior está atravesada por este imprevisto acceso a la fama.
El planteo es interesante y la actuación de Natalie Portman tiene muy buenos momentos, igual que la de Jude Law en el papel de su manager. Las canciones de la australiana SIA (compositora de hits para artistas del nivel de Beyonce) son más que potables. Pero el director Brady Colbert no puede evitar un tono excesivamente pretencioso que se vuelve fuera de lugar y altamente kitsch en lo estético cuando la trama retoma al personaje de Celeste, en un especie de regreso luego de atribulados años de excesos. Este es el tipo de saga pop que funcionaría mejor con una auténtica cantante en el papel protagónico, como el fenómeno de Lady Gaga en “Nace una estrella”.