El joven cineasta estadounidense, Brady Corbet, nos trae "Vox Lux: El precio de la fama" una especie de "Cisne Negro" del Pop.
Una tragedia convirtió a Celeste (Natalie Portman) en una estrella pop internacional obligándola a enfrentar el negocio de la música con el peso y el dolor del pasado sobre su espalda con tan solo 13 años. Tiempo después, ya en su vida adulta, deberá confrontar su legado en las horas previas a un gran concierto rodeado de polémica y circunstancias extraordinarias.
Mostrar la fama desde adentro parece ser prioridad en Hollywood. Ya vimos "Bohemian Rhapsody" y "Nace una estrella" donde junto con el ascenso de la popularidad llegan las tentaciones, abusos y la soledad. "Vox Lux" no es la excepción pero tiene un abordaje diferente. No muestra la típica historia del artista que cumple sus sueños gracias a su amor por la música. Su estilo provocador logra sacarla del molde.
Con una estética que recuerda a diferentes obras de Kubrick y rompiendo con algunas reglas narrativas y visuales que parecen ya establecidas a la hora de hacer películas, el film resulta llevadero pero requiere de un alto compromiso por parte del espectador. Willem Dafoe, quien prestó su voz como narrador omnipresente, nos guía por los tres actos que comprenden la pieza (Génesis, Regenesis y Final) y muestran el duro camino de la protagonista hacia el estrellato.
En la segunda parte del film, donde Natalie Portman toma la posta como Celeste adulta, todo se tiñe de otro color. Su interpretación es memorable. Se transforma en una cantante y bailarina con una personalidad autodestructiva y confundida entre tantos excesos, acompañada por su fiel manager (Jude Law). Lo abrupto del final es quizás lo que más sabor amargo deja ya que quedan varios puntos de la trama inconclusos. La banda sonora está compuesta por la artista australiana Sia quien entiende del género.
"Vox Lux: El precio de la fama" es diferente, inquietante y a nivel técnico refleja la gran cualidad creativa de Brady Corbet, alguien de quien sin dudas seguiremos escuchando y que podría tener la siguiente película de culto bajo la manga.
Por Matías Villanueva