Es un mundo extraño, extraño...
''Vox Lux'' es una película de corte independiente que retrata con crudeza los excesos y la toxicidad del mundo de la fama cuando uno se deja tentar por todo su exceso y superficialidad.
Protagoniza la versátil Natalie Portman en el rol de Celeste, una excéntrica cantante pop reconocida en todo el mundo, cuya historia de origen fue traumática y trágica. Un estudiante compañero del colegio al que asistía ingresó una mañana armado y abrió fuego contra maestros y estudiantes provocando una masacre como nunca se había visto en esa ciudad. Una de las estudiantes que presenció el momento y de hecho fue herida, fue Celeste. A partir del hecho escribió una canción que se convirtió en el himno de esperanza en contra de estos hechos de violencia y comenzó su camino hacia la fama y el estrellato.
Todo lo que sigue es un embudo de tentaciones, comportamientos autodestructivos y una fotografía fría y poco encantadora de lo que puede provocar el combo de una vida trágica con el acceso a mucho dinero y el poder de tener a la gente comiendo de tu mano. Acompañan en el elenco Jude Law, Raffey Cassidy (''Tomorrowland'') y Stacey Martin (''Nymphomaniac''). Un equipo talentoso que le da credibilidad al drama, y por momentos comedia, que se vive durante el metraje.
La dinámica de la película está centrada en el camino de Celeste desde el momento trágico hasta un gran recital donde presenta su nuevo y provocador material. Entre medio, debe lidiar con sus propios demonios y con la difícil relación que lleva con su hermana y su propia hija, que prácticamente se ha criado con su tía.
La narración es el fuerte de la propuesta, mezclada con imágenes elegantes que hipnotizan y asquean a la vez. Y si bien, el film entretiene y presenta un tema que hace reflexionar un poco, creo que no tiene tanta fuerza como para considerarse trascendental o de alto vuelo como leí por ahí. Al fin y al cabo, es otra historia más de una cantante pop atormentada. ¿Les suena Miley Cyrus, Lady Gaga, Britney Spears o Amy Winehouse? La realidad es que ya hemos visto películas e historias similares, menos conceptuales y artísticas quizás, pero en esencia similares. Las grandes actuaciones y la puesta escénica no son suficientes para elevar el film a la categoría de peliculón u obra maestra. Es más bien una historia poco trascendente contada con bastante pericia artística.