Cantando por un sueño
En una de las primeras escenas de Vox Lux El Precio de la Fama (Vox Lux, 2018) está la clave del relato. Una niña, de pocos años, canta mirando a cámara en un video registrado familiarmente como si supiera que su futuro dependiera de eso, y eso es lo que hará Celeste por el resto de su vida.
En el cantar y bailar, ingenuamente, pero con mucha naturalidad, esa niña explora con espontaneidad la simpleza de quien quiere capturar la atención de su entorno, con un mensaje cómplice, que invita a empatizar con la protagonista, a pesar de su ambigua moral, la sobreviviente de una tragedia terrible, que pronto se convierte en una estrella de la música pop.
Lo que también queda claro desde la primera escena es que Celeste será su propia perdición, una mujer con sentimientos autodestructivos que pueden llevarla a un lugar de mártir, a pesar de, a su vez, estar amenazada por su propio actuar.
Vox Lux El Precio de la Fama tiene puntos en común con todos aquellos relatos en los que se desnuda la cocina del universo musical, desde Nace una estrella que se ha formado un sub género cinematográfico anclado en cómo se construye una figura que sólo tiene su talento para progresar y a la que hay que pulir detalles y reorientarla..
Así, en esa construcción, de manera contundente, se explora y refleja cómo una industria ávida de talento avanza sobre los cuerpos y personas, las que, al percibir una pequeña oportunidad en un artista, lo exprime y explota hasta niveles insospechados del entendimiento humano, abriendo, en el caso de esta película, el juego a un relato honesto y potente sobre la creación de una cantante.
Corbet presenta al personaje protagónico como una figura de cristal, frágil y a la vez inquebrantable, y en dos momentos diferentes de su vida, la adolescencia, la adultez, con contrastes y con una reflexión que acerca la historia a espectadores que puedan o no tener referencias sobre la misma.
Celeste en la primera parte es una joven que no logra transmitir sus verdaderas ideas, excepto, claro está, que lo haga por la música, comenzando a transitar un largo recorrido para convertirse y el negocio que ven en ella.
En una de esas escenas se debate acerca de los beneficios que pueden o no traer la fama, y allí comienza la epopeya de Vox Lux El Precio de la Fama, que se completa cuando Natalie Portman interpreta a la Celeste grande, una mujer sin escrúpulos a la que sólo le interesa continuar, como puede, con sus obligaciones.
El director nos pasea por el escenario y detrás de él, por las ambiciones y anhelos más profundos de Celeste, con momentos cercanos al videoclip, y otros en los que un registro simil documental no hacen otra cosa que construir un verosímil sobre el universo musical, con la cámara reposando expectante en aquellos momentos en los que el artista transforma el presente para devolver una mirada de la industria, pero también sobre los seres humanos que están detrás de ella.