Dos hermanos (uno un tanto deprimido) deben viajar de Europa a la Argentina para asistir a una boda. Lo interesante del film es, primero, que elude el lugar común turístico y utiliza las locaciones con sentido dramático (lo que implica que las entiende). Lo segundo, el ritmo constante y el buen humor que rodea a estos personajes, dos perdedores en una road-movie que no carece nunca de intensidad. La simpatía de los actores permite que uno se una a la aventura sin reservas.