Una historia cálida, simpática e intimista.
Esta es una historia sencilla que emociona y deja un claro mensaje. Los protagonistas son dos hermanos franceses Marcus (Philippe Rebbot) y Antoine (Nicolas Duvauchelle), que llegan al aeropuerto de Argentina para asistir a la boda de un primo de nombre Xavier (Benjamin Biolay, trabajo en “Alguien Tiene Que Ceder”) que vive en Mendoza.
Vemos a Antoine en un estado deplorable, pero bien vestido contrasta con su hermano que se encuentra vestido en un tono informal, este por ser el hermano mayor se encarga de todo. Ellos han perdido parte de su equipaje y se hospedan en un modesto hotel propiedad de Gonzalo (Gustavo Kamenetzky), donde surgen una serie de situaciones cómicas porque el dueño del hotel está viviendo casi las mismas complicaciones que sufre Antoine.
El espectador no tarda en descubrir que Antoine acaba de ser abandonado por su esposa e hijos, pero existen algunos secretos; luego llega el paseo típico por el centro porteño, las mujeres, prostitución, la diversión y una noche en un antro de la capital.
Llega el momento de emprender el viaje a Mendoza, pasando por Salta y el Valle de la Luna, (la esplendida fotografía de Pierre Cottereau) aquí comenzarán una road movie llena de situaciones inesperadas. Quien los acompaña en forma de guía es Gonzalo, un ser carismático de quien vamos conociendo bien su historia y sus sentimientos. Ellos juntos vivirán una gran aventura, en ese recorrido conocerán una hermosa y atractiva mujer de nombre Gabriela (Paloma Contreras), que también será parte del grupo y donde nos mostrará que su deseo es tener una vida diferente y para esto logra fugarse de su casa.
Cada uno de los personajes vivirán la aventura mas soñada, también surgirán los deseos que despiertan en estos dos hermanos la presencia de Gabriela. Estas andanzas servirán para que ambos hermanos recuperen el tiempo perdido, conociendo uno un poco más del otro.
Se va mezclando la comedia y el drama, a pesar que Edouard Deluc cae en lugares comunes, resulta agradable porque entretiene. Se apoya en el valioso paisaje argentino y el carisma del elenco, ya que Duvauchelle y Rebbot forman un buen dúo protagónico, el primero con una vida media perdida y el último que salió de un neuropsiquiátrico y demuestra tener un gran corazón; Gustavo Kamenetzky ofrece todo su carisma, Paloma Contreras, vuelve a mostrar una vez más todo su talento y profesionalismo.
Esta es una coproducción entre Francia y Argentina. Una vez más la Provincia de Mendoza y el bello paisaje argentino son protagonistas como lo fue hace muy poco con el estreno de la película "Vino para robar" de Winograd. Posee mucho de la picardía Argentina, constituye un entretenimiento y nos brinda la oportunidad de pasar un grato momento.