La perfección no tiene límites.
Bariloche, 1959. Un forastero con marcado acento alemán se le presenta a una familia argentina que está a punto de emprender un viaje con destino a una hostería del sur. En caravana, se dirigen todos juntos hacia ese lugar y al llegar, el hombre expresa que desea ser el primer huéspeden la apertura inaugural, y paga un adelantado de varios meses. No sólo el clima afuera es frío y escalofriante, sino que desde adentro del hotel también podemos sentir que algo anda mal. La mirada de todos denota una cierta desconfianza, sin embargo, Eva (Natalia Oreiro) enseguida demuestra un tonode simpatía hacia el misterioso extranjero. Y claro, ella está embarazada de gemelos, mientras que su hija menor padece de un desorden hormonal que la hace crecer mucho más lento que al resto de los niños. La madre protagonista comete el error de darle vía libre a quien se presentara en la primera cena como un médico estudioso de la genética en el ganado, porque cree que puede tratarse de una gran ayuda. Lástima que para cuando sepan que se trata de uno de los profesionales que trabajó para Hitler durante la guerra, ya será demasiado tarde.
Espectacular labor la de Lucía Puenzo y todo su equipo, incluidos los actores. Muy buenas panorámicas en exteriores y un acompañamiento musical acorde con el suspenso que merece el film. Me llevé una gran sorpresa con el actor español Àlex Brendemühl, quien con su descendencia alemana desarrolla un exquisito trabajo en la piel del temible Josef Mengele. La otra actuación sorprendente es la de la pequeña Florencia Bado, la niña en cuestión, ya que es la primera vez que ‘se sube al escenario’ y encima lo hace en las grandes ligas.
No se puede negar que el idioma alemán acentúa todavía más el drama, y en el caso de Wakolda casi la mitad de las escenas están habladas en esa lengua. Natalia Oreiro construye un personaje que asistió a un colegio de Bariloche con claras simpatías nazis, por lo cual es bilingüe. Mismo el caso de Elena Roger, quien hace de una fotógrafa que trabaja como espía del Mossad. Ambas tuvieron que aprender a hablar alemán por fonética como para poder decir sus líneas de manera impecable. Y lo lograron.
Diego Peretti es el padre que desentona en la historia, ya que es un ‘mestizo’ de pura cepa que desconfía permanentemente de las ideas del nuevo huésped. Del otro lado de la pantalla estamos todos con él, pero no podemos más que quedarnos sentados esperando lo peor. Si te interesa el tema, te recomiendo que conozcas un poco de la vida de estos tipos, que durante la II Guerra Mundial trabajaron como médicos en los campos de concentración, y experimentaron con los judíos en la búsqueda de la sangre pura. Lo que hizo nuestra directora fue plasmarel modo en que aquellos alemanes se comportaron en su escape… Mengele no fue un simple fugitivo que se escondióal otro lado del mundo y fin de la historia. También intentó sembrar su horror en más gente inocente fuera de Europa. En algunos casos lo logró, y sin embargo quedó impune. El error estuvo en la complicidad civil y gubernamental que le dio cabida a seres que alababan a un mítico y perfecto superhombre que nunca existió ni va a existir. Es justamente la mezcla lo que nos hace diferentes y únicos.
@CinemaFlor