Por qué nos has hecho de nuevo esto Oliver?
La idea original no es mala. En tiempos actuales donde es de conocimiento público que el sistema capitalista en Estados Unidos se derrumbó, teniendo el Gobierno estadounidense que hacerse cargo de los déficits de bancos privados y realizar un salvataje de subvenciones inaudito, la idea de revivir en un guión al personaje de Gordon Gekko (Michael Douglas), un economista de Wall Street que ha pasado 8 años de su vida encarcelado luego de una jugada de un novato que en el anterior film lo hundió originando una investigación sobre las malversaciones que el as del sistema financiero realizaba, no es tarea fácil. Allan Loeb se encargó de guionar tras su experiencia en las finanzas y acercó el proyecto a Stone, quien vió que el personaje de Gekko podría cobrar vida de nuevo.
Como nuevo novato entra el actor Shia La Beouf, muy mal casteado para este rol, poniéndose al hombro nuevamente otro film, él es el eje, argumentalmente, encima de haberse puesto de novio con la hija de Gekko (Carey Mulligan, nominada al Oscar por su notable actuación en Enseñanza de Vida) tambien resulta ser un dotado para trabajar en la Bolsa Bursatil. Completa el cast el inefable Frank Langella, el disfrutable Eli Wallach, Josh Brolin (quien ya ha trabajado con Stone en W., en el rol de George W. Bush Jr.) y un cameo de Charlie Sheen.
Wall Street 2, falla en querer agregarle un sentimiento extra al inescrupuloso Gekko, conseguir nuevamente que establezca consejos financieros en sus diálogos como fueron los antológicos de la anterior, aquí se nota forzado, Michael Douglas en su interpretación ha perdido parte de su hostilidad y vehemencia, su interpretación culmina reconstruyendo el original y recordado personaje.
Hay algo de Stone que me hace ruido hace rato y es el sentimiento de que algo en su actitud detrás de la cámara se ha perdido, exceptuando el film W.. Sus relatos ya no son lo envolventes, crudos y directos como solían serlo. El mostraba una realidad y no un cuento de hadas como éste.
El film fue presentado en HD, en la gran sala Lumiere, la cual posée una inmensa pantalla como las que solia haber en el centro de Buenos Aires, con una acústica aprovechable para los nuevos formatos de sonido con surrounds, un ejemplo de cómo poder ver un film apreciando elementos que en otras salas se pierden, no se valoran, no están presentes.