La doble frontera
Anne Von Petersdorff y María Pérez Escalá se conocieron en la Escuela de cine de Cuba. Una alemana y la otra argentina descubrieron en la aventura de viajar no sólo el placer de conocer culturas, gente y modos diferentes de vivir, sino los límites de una utopía: desplazarse por el mundo en libertad y sin fronteras. El otro límite menos visible era el de exponerse tanto en cuerpo como en género para culturas de raigambre machista, sin dejar de mencionar un requisito básico en la odisea por trece fronteras que implicaba no transportarse por vía aérea.
El resultado de ese viaje por tierra y por mar que va de Egipto a Alemania en 2014 es el registro de un diario donde las experiencias de ambas se conjugan con las diferencias culturales más allá de la amistad. Esa línea narrativa se cruza en el itinerario emocional para transformarse en un documental muy personal, que encuentra el espacio para dos voces, la de las protagonistas durante el derrotero por Europa y la de un entorno donde la mayoría de los testimonios a cámara son de mujeres, estudiantes, viajeras como ellas, que procuran establecer lazos y vínculos con gente de muy distintas partes del mundo.
En ningún momento el intercambio de miradas sobre el choque cultural impone un punto de vista dominante y en eso reside la riqueza de esta propuesta de la directora María Pérez Escalá, de la celebración de recorrer el mundo sin mapas que limiten el tránsito y dejarse llevar por ese ingobernable espíritu aventurero, reconocer también los peligros de viajar solas, convivir con hombres pero además de afrontar prejuicios, reduccionismos culturales y todo tipo de frontera mental y no necesariamente geográfica.