Viajar con cuerpo de mujer
Wanderlust, cuerpos en tránsito (2016) es un documental llevado a cabo por dos mujeres que realizan un viaje desde Egipto hasta Alemania. En el medio: trece fronteras, choques culturales, amistad y perspectiva de género.
Anne Von Petersdorff y María Pérez Escalá, una alemana y una argentina en el año 2014 dieron inicio a una aventura juntas con varias misiones. Un objetivo fue no trasladarse en avión en ningún momento y experimentar las fronteras físicamente por tierra y mar. Otra de las premisas es el registro a dos cámaras con la idea de que dos mujeres provenientes de culturas muy distintas podían registrar las mismas experiencias con distintos puntos de vista e inquietudes. Y el hilo que se va tejiendo en el camino tiene que ver con la iniciativa de indagar en un cuerpo femenino frente a estas experiencias.
En una serie documental del 2018 llamada Dark Tourist, un hombre viaja a través del mundo hacia los objetivos más peligrosos para atravesar experiencias de riesgo. Ahora, qué sucede cuando nos damos cuenta que una mujer se siente en riesgo con hechos más mínimos, como por ejemplo alojarse en un hogar compartido con dos hombres. En los registros de varones que viajan, todo en general es mucho más lúdico y si se torna peligroso es porque hubo una decisión adrede de buscar el peligro para lograr un efecto más atrapante. Sin embargo en Wanderlust, cuerpos en tránsito se repara en esa pequeña gran diferencia que hace el tener cuerpo de mujer.
Más allá de que el riesgo algunas veces sea más verdadero que otras, es interesante posicionarse en el estado de alerta constante que atraviesa un cuerpo femenino que es observado, acosado y avasallado por varones del mundo en mayor y menor medida. Las directoras son muy sinceras a la hora de exponer el agotamiento y el hartazgo a la par del disfrute único de transitar el mundo.
También está el costado maravilloso del encuentro cultural, distinto del choque, donde las personas comparten y comienzan a entenderse entre sí. La perspectiva de género no solo pasa por las protagonistas y directoras, sino que se unen a testimonios de más mujeres de distintos países. Testimonios que animan a reflexionar sobre el riesgo que corremos todas pero que a la vez incentivan a trascender, porque “riesgo” no es lo único que una mujer encuentra cuando se emprende un viaje.
Allí es donde el documental también se encuentra con escenas de amistad, aprendizaje y curiosidad deslumbrada ante la enorme oferta cultural del mundo.