Warcraft, una de las sagas de videojuegos más queridas y masivas de todos los tiempos, finalmente tiene su traslado a la pantalla grande luego de 10 años en el limbo. Dirigida por Duncan Jones, el genio detrás de Moon e hijo de David Bowie, nada puede malir sal.
Folklore
El “lore” de la saga Warcraft, (así se llama a la historia específica de alguna saga originariamente no escrita), comprende miles y miles de paginas, por lo cual llevarla al cine siempre iba a ser algo riesgoso. Una saga con 10 veces más páginas que toda la saga de Tolkien, era obvio que iba a dejar cosas afuera. Corriendo el riesgo de dejar a los fans insatisfechos.
Además, sabemos que trasladar tamaño material a otro lenguaje como es el cine, va a tener que haber cambios necesariamente, por temas narrativos, de ritmo y porque a veces algunas cosas en los videojuegos son un tanto ridículas, y lo digo como gamer.
Aun así, el resultado es altamente satisfactorio. Así es, Warcraft: El primer encuentro de dos mundos (primera y ultima vez que llamare a esta película de ese modo), es una buena película.
El Enojo
Aun no entiendo por que la “crítica” se ensaño tanto con Warcraft. Es una película bien contada, bien construida, entretiene y no deja afuera a nadie. Los fans pueden soportar tranquilamente los pequeños cambios de la historia, y alguien que jamás le puso un dedo encima a la saga va a poder ver la película, entender todo y divertirse. Warcraft esta bien. Cumple todo lo que se propone, y más que nada, divierte.
Lo único que cabe pensar es que hay otro tipo de razón detrás, como el de no dejar entrar como productora de cine a una empresa como Blizzard. Ya paso hace años, cuando Square fundó una empresa de cine, para sacar Final Fantasy: The Spirit Whitin, la cual fracasó estrepitosamente a pesar de ser una película más que aceptable, con buenas actuaciones y una animación adelantada 20 años a su tiempo. ¿Resultado final? Square quebró y cerro su rama cinefila para siempre.
Orcos vs. Humanos
La historia de Warcraft hace hincapié en el primer éxodo de Orcos a Azeroth, el mundo de los humanos. Este choque de razas llevado adelante por dos fuerzas ocultas que envenenan a ambos bandos funcionará a la perfección. Personajes muy queridos por los fans harán su aparición, y serán bien presentados a los que no los conocen, incluso para que puedan encariñarse con ellos.
La animación por otro lado, es más que convincente, (mucho mejor que el Doomsday espantoso que soportamos en Batman vs Superman), lo cual es muy importante, ya que ambas razas comparten pantalla casi constantemente.
La historia de traiciones, tejes y manejes está mas que bien armada y contada con el material previo y existente, y es llevada adelante con coherencia y buen gusto. Es por eso que Warcraft entretiene, divierte y ,más importante aún, no decepciona a los fans.
Travis Flimmel, conocido por la serie Vikings, lleva adelante muy bien un papel muy querido como lo es Anduin Lothar. Lo mismo se puede decir de Paula Patton y su Garona, dotada de mucho más realismo y profundidad de lo que se ve en el videojuego. Mucho más del guion no voy a contar, porque para muchos fans sera un spoiler de que parte de la historia se cuenta, o mejor dicho, desde donde a donde se cuenta.
Los fans mas acérrimos, si están con los ojos atentos, verán cantidades enormes de guiños a los juegos, tales como razas ocultas, ruidos, sonidos, menciones, etc.
Conclusión
Warcraft entretiene, divierte y es una muy buena épica fantástica. Duncan Jones dotó de realidad y justicia a una película de un género tan difícil como es el traslado de un fichin a la pantalla grande. No será la que salve a todas las películas del género, pero sin dudas es un buen film. Y sin duda alguna es una buena adaptación de un videojuego, lo cual de por sí no es para nada poco.
Si sos fan de la saga, andá, no te vas a arrepentir en lo más mínimo. Si no conoces la saga, pero te gusta el estilo de películas, dale para adelante, no vas a quedar afuera y la vas a pasar de diez.
Lamentablemente Warcraft no está recibiendo todo el amor que merece, y es una pena ya que hay mucha tela para cortar y estrenar secuela tras secuela, todas totalmente merecidas y justificadas por un mundo gigante y lleno de imaginación.