La conquista de los orcos
Dirigida por el hijo de Bowie, y basado en un videojuego, el filme es el primero de una saga con crédito abierto.
Basada en una popular saga de videojuegos, Warcraft se inscribe dentro del género fantasy: todo transcurre en un universo de aires medievales poblado por seres fantásticos, donde la magia es una realidad tangible y el honor, un valor primordial. Un universo deudor tanto del imaginario de Tolkien como de la serie de libros y juegos de rol de Dungeons & Dragons. Lo que aquí se narra es un choque de civilizaciones: el enfrentamiento entre orcos y humanos.
Con su propia tierra devastado, los orcos -criaturas enormes, horripilantes, dientudas, suerte de eslabón perdido entre Shrek y Hulk- deciden conquistar otro planeta. A través de un portal mágico, una avanzada de orcos aterriza en Azeroth, un mundo poblado por humanos. Guerreros por naturaleza, los orcos tienen una excusa perfecta para desplegar sus instintos belicosos: necesitan prisioneros que funcionen como combustible de la magia maligna de su líder, que pretende crear otro portal para transportar al resto de la horda orca. Pero los invasores se topan con la resistencia de los humanos.
Duncan Jones -hijo de David Bowie, fanático de los videojuegos, director y también guionista de Warcraft- decidió que la narración siguiera los pasos de los dos bandos, con un héroe destacado por lado. Una buena elección, aunque los personajes de los orcos están mejor construidos y todo lo que sucede en torno a ellos termina siendo mucho más interesante que las peripecias de los humanos.
La película tiene un gran inconveniente: Game of Thrones, quizá el mejor exponente de fantasy actual. En la inevitable comparación, la serie de HBO deja a Warcraft cubierta de una pátina berreta. En todos los rubros. A nivel visual, aquí hay grandes aciertos (como los orcos), pero también escenas donde se le ven las costuras al uso de la tecnología. A nivel narrativo, sobreabundan las explicaciones verbales -incluyendo unas ridículas escenas donde los personajes se ponen a hablar en medio del fragor de la batalla-, algo que hace que las dos horas se sientan. Y a nivel actoral, este es un elenco mediocre. Pero esta saga recién empieza: el crédito está abierto.