Whiplash es el segundo trabajo de Damien Chazelle, una de la revelaciones recientes del cine independiente norteamericano que será muy interesante seguir en el futuro.
Su ópera prima, Guy and Madeline on a Park Bench (2009), que no pasó por la cartelera local, era una historia de amor que también estaba relacionada con el jazz.
En este caso presenta otro relato sobre músicos inspirado por algunas experiencias personales que vivió en una escuela de música durante su adolescencia.
Chazelle originalmente concibió esta historia para un corto que protagonizó Johnny Simmons (de la serie Bones) en el rol del tiránico profesor Terence Flechter.
El corto tuvo una gran repercusión en el Festival de Cine de Sundance y en seguida atrajo la atención de una productora para expandir la trama en una película.
Con una premisa muy sencilla el director brindó una historia apasionante que se centra en la intensa relación piscológica que se gesta entre un aspirante a baterista y el maestro de una prestigiosa escuela de música.
Por la naturaleza del personaje de profesor, J.K.Simmons es quien viene cosechando elogios en el último tiempo, pero no hay que desmerecer la labor de Miles Teller que es estupenda.
Uno lo ve en esta historia y parece que se hubiera dedicado a estudiar batería desde siempre.
A los 19 años Andrew Neiman enfrenta batalla en distintos campos. Por una lado su circulo familiar que no valora sus esfuerzos y avances en la escuela de música y dentro del instituto tiene que lidiar con un maestro neurótico, violento y agresivo que maltrata a los alumnos.
Lo interesante de Terence Fletcher es que no es un villano acartonado sino un hombre que intenta sacar lo mejor de sus alumnos con métodos cuestionables.
Whiplash es fascinante por la relación que se gesta entre estos personajes y el retrato que hace el director de las escuelas de música competitivas, donde los alumnos buscan la manera de sacarle ventaja a sus compañeros para avanzar en los cursos.
Como fan de Paul Reiser (Mad About You) no puedo evitar comentar que me dio mucha alegría encontrarlo en este film. Aunque tiene un rol secundario como el padre de Miles Teller, su personaje juega un papel importante dentro de los conflictos internos que enfrenta el protagonista .
Y como olvidar a la batería que es la gran estrella de esta historia.
Hay decenas de películas sobre guitarristas y pianistas, pero no recuerdo ninguna que se centrara en la pasión por este instrumento como lo hizo la obra de Damien Chazelle.
Whiplash es una de las mejores películas que se encuentran actualmente en la cartelera y bien merecido tiene todos los elogios que cosechó hasta la fecha. No se la pierdan.